Cerca del 70 % de la población que vive en las zonas rurales de El Salvador no tiene acceso a la conectividad de calidad, reveló un informe publicado ayer por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

El estudio define que la conectividad es más que solo tener un celular o Internet, sino que también incluye si la población puede satisfacer sus necesidades básicas de acuerdo a estándares mínimos de la era digital actual. El uso regular del Internet, dispositivos (teléfonos o computadoras), datos suficientes y densidad de las velocidades son clave en esta medición.

Sobre estos indicadores, se elabora el Índice de Conectividad Significativa (ICS) rural que calcula la penetración de estos servicios en América Latina y el Caribe, donde hay cerca de 72 millones de personas que viven en las zonas rurales con altas carencias de conectividad, según el informe que contó con el apoyo del Banco Mundial, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Bayer, Microsoft y Syngenta.

Los 26 países incluidos en el informe se clasifican en tres clústeres de acuerdo a sus porcentajes de conectividad. El Salvador está en el segundo grupo bajo la categoría de “nivel medio de conectividad”, junto a Jamaica, México, Perú, República Dominicana, Paraguay y Surinam, que en conjunto representan el 46 % de la población rural total de la región.

“Significa que entre 69.3 % y 52.6 % de la población rural de este grupo de países no accede a servicios de conectividad con los estándares mínimos de calidad”, destacó el IICA.

Específicamente sobre El Salvador, el informe plantea que su nivel de conectividad significativa es 30.7 %, es decir, quienes sí tienen acceso a estos servicios y el resto -un 69.3 %- se encuentra sin cobertura o es deficiente.

La institución señaló que tanto la demanda de datos móviles se duplicó como el consumo de Internet aumentó 70 % tras los grandes confinamientos por el covid-19, que supuso que una buena parte de la población realizara desde sus casas teletrabajo o asistiera a clases virtuales.

En un breve resumen se destacó que la empresa de telefonía Tigo anunció en 2021 un plan para llevar conectividad a 350,000 salvadoreños en las zonas rurales de 67 municipios, con la intención de brindar una cobertura y conectividad de alta velocidad al 95 % de la población de estas localidades.

Conectividad, una forma de excluir.

El informe plantea que la falta de conectividad es una forma de excluir a las personas que viven en zonas remotas. A nivel regional, el 79 % de la población urbana cuenta con servicios de calidad, pero ese porcentaje se reduce a 43.4 % en lo rural.

La institución concluye que llevar mayor conectividad a los hogares rurales, donde se realiza la mayor parte de los trabajos agrícolas, pasa por obstáculos relacionados con una deficiente infraestructura eléctrica y de carreteras, elevados costos de inversión y menor costo-efectividad para las compañías operadoras.

Sandra Ziegler, investigadora del IICA, reconoció que los países de la región tienen marcos regulatorios para atraer inversiones y agendas digitales. Pero, advirtió, “muchos de los avances son aún transitorios y, por lo tanto, hay riesgos de que se pierdan los logros obtenidos”.

“Mejorar e invertir en conectividad es una apuesta que favorecerá el crecimiento económico de los países. Hay evidencias que demuestran el vínculo positivo entre el uso de infraestructura y el Producto Interno Bruto (PIB) “, agregó Joaquín Arias Segura, especialista y parte del equipo investigador del IICA.

El dato

De Centroamérica, Guatemala, Honduras y Nicaragua están en el primer clúster donde hasta el 99 % no tiene cobertura. Costa Rica y Panamá están en el tercer grupo, donde del 39.6 % a 51.6 % no tiene acceso.