Anualmente El Salvador registra una tasa de 68 muertes por cada 100,000 habitantes que sufren enfermedad renal terminal, misma que posiciona al país con la mortalidad más alta a nivel de Centroamérica y en el mundo, según la doctora Zulma Cruz de Trujillo, nefróloga del Hospital Nacional Rosales.

La galena señaló que es más económico para el Estado realizar un trasplante de riñón, que brindar tratamiento a un paciente con enfermedad renal terminal e indicó que la mayoría de personas que fallecen son jóvenes “en edad productiva”.

“En el 2014, solo de enfermedad renal terminal, teníamos más de 3, 600 (pacientes) y eso es porque simple y sencillamente no hay más camas para atender a pacientes, muchos de ellos mueren por no tener tratamiento”, dijo.

Destacó que fallecen más personas por enfermedad renal que por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y por diabetes mellitus.

“Los diabéticos tienen una letalidad de cinco, los hipertensos de cuatro, la enfermedad renal tiene una letalidad de 12, es altísima la muerte por enfermedad renal y sobre todo prematura”, explicó.

Manifestó que una persona que ha sufrido un trasplante de riñón tiene una probabilidad de vida de 12 años, mientras que un diabético puede vivir hasta cinco años. Sin embargo, aclaró que esa “es una media, porque hay pacientes que pueden vivir hasta 24 años”, con la vigilancia y el seguimiento posterior al trasplante.

Una persona que ha recibido un trasplante de riñón, debe someterse a un tratamiento de inmunosupresión, que en un inicio tiene un costo estimado de $12,000, pero tras un tiempo podría disminuir entre $6,000 y $8,000.

Cruz impartió ayer la ponencia “Enfermedad Renal Crónica. Perfil epidemiológico en El Salvador y Centroamérica”, como parte del primer foro internacional de Trasplante Renal de Donador Fallecido, El Salvador 2019.

La foro, que inició ayer y finalizará mañana, tiene lugar en el Instituto Nacional de la Salud (INS), cuenta con la participación de médicos de México, Cuba, Guatemala y El Salvador y se realiza con el objetivo de analizar el problema de la enfermedad renal crónica en el país y la región.

Durante el evento, la subdirectora del INS, Xochitl Sandoval, consideró que hace falta infraestructura, un presupuesto destinado para trasplante renal “y un programa que vigile desde el punto de vista ético, legal y médico, así como un cuadro de insumos y medicamentos que son básicos y de alto costo” para realizar trasplantes en el país.

La doctora afirmó que en el último quinquenio se realizaron entre dos y tres trasplantes de riñones en el sistema público de salud y adelantó que durante el foro se discutirán montos para implementar en el país un programa de donador fallecido.

Por su parte, el viceministro de Salud, Carlos Alvarenga, informó que se ha integrado una comisión nacional interinstitucional con especialistas y técnicos para abordar el proceso de trasplante de órganos, tejidos y células.

 

El caso en breve

 

459, 114 personas

Sufrían Enfermedad Renal Crónica entre 2014 y 2015, según la última Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas No Transmisibles.