Las fechas originales eran los miércoles 7 y 28 de noviembre, pero esas no lograron ser las definitivas. El problema es que el día 30 de noviembre tiene lugar la cumbre final de líderes (Trump, Putin...) del G20, que se celebra esa semana en Buenos Aires, ciudad donde, no olvidemos, se jugarán las dos finales de la ‘gran final’. Por tanto, por motivos de seguridad -no hay efectivos policiales suficientes- es imposible que se juegue el día previsto, el 28.
La primera final de la CONMEBOL Libertadores 2018 será disputada el sábado 10, a las 1:00 p.m. hora salvadoreña, en el estadio del club Boca Juniors. La segunda final se jugará el sábado 24, también desde la 1:00 p.m.
A partir de ahí, nació la idea de Conmebol de jugarla dos sábados, algo inusual, pero adecuado, en el sentido de que los dos partidos irán de día y facilitarán la seguridad. Las reuniones comenzaron apenas terminó el partido entre Boca y Palmeiras, donde también apareció la imagen de los derechos televisivos, que posiblemente se encarecerán en estos días ya que nadie querrá perderse el duelo. Obviamente, como cada vez que se enfrentaron argentinos en esta Libertadores, no habría opción de público visitante en ninguno de los partidos. La seguridad, ante todo.
Será la primera vez en la historia que Boca y River jueguen una final continental. Lo más cerca que estuvieron de jugar una fue en 2004, cuando se enfrentaron por las semifinales, donde Boca terminó clasificándose por penaltis.
Sin embargo, los últimos antecedentes son favorables a River ya que eliminó al Xeneize en semifinales de la Copa Sudamericana 2014 y en octavos de final de la Copa Libertadores 2015. Ahora, tanto el torneo como los clubes, vivirán su capítulo más importante en la historia.
Será la última final ida y vuelta que tenga el certamen ya que a partir de 2019 se jugará a un solo partido y en campo neutral. Ni al mejor guionista se le podría haber ocurrido mejor final. Boca y River, la gloria es solo para uno...