La vida le dio al ingeniero Ramón Recinos, de 48 años, la oportunidad de ser docente, labor que ejerce con pasión desde el Centro Escolar España, en San Salvador.
El ingeniero Recinos dejó su carrera de ingeniero en sistemas para dedicarse a trabajar en romper el paradigma que tiene la sociedad respecto a que “la robótica solo es tema para hombres” y ha ayudado a que muchas salvadoreñas conozcan y potencien sus capacidades para llegar a ser campeonas mundiales.
El “profe Ramón” –como es conocido de manera cariñosa por sus estudiantes– ha trabajado desde hace seis años en la preparación de “sus niñas” para que puedan ser programadoras y creadoras de macros proyectos que sean para beneficio de El Salvador.
El 2012 fue uno de los años más difíciles, ya que en el Centro Escolar España solo tenían 20 computadoras, insumos insuficientes para “inculcarles a las niñas que una carrera técnica no solo es para hombres”.
Ramón inició su concurso en competencias y cada vez que ganaba el premio era para el centro escolar. Lo hizo, explicó el docente, porque se dio cuenta de la disponibilidad y el interés de sus alumnas; fue cuando creó el club de robótica.
Su trabajo lo condujo a obtener en noviembre pasado el premio como el Mejor Empleado de 2019 por la Asociación Salvadoreña de Profesionales en Computación (ASPROC). “A las dos semanas de haber presentado algunos proyectos con mis niñas en una de las reuniones de ASPROC, me llamaron para decirme que iba a ser galardonado, saltándose uno de sus puntos del reglamento de la gremial, pero me dijeron que valía la pena por el arduo trabajo que realizo con las niñas del centro escolar”, explicó el docente.
El ingeniero también participó y quedó entre los 70 ingenieros más destacados a nivel mundial, tras agenciarse la segunda posición. “El ganador fue Finlandia, el segundo lugar fue El Salvador y el tercer lugar fue la India. Entre los tres primeros lugares no había otro país centroamericano o americano”, aseguró Recinos.
Para el proceso de selección, Recinos presentó toda una serie de exámenes donde les explicaba a las personas todo el trabajo que realiza con sus alumnas. “Todo el mundo quedó encantado con el proyecto”, aseguró, y fue así como le ganó a países como Costa Rica, Argentina, México, Colombia e Inglaterra.
El profe Ramón busca en un futuro potenciar a las jóvenes salvadoreñas para que ya no estén haciendo “robots de juguete”, sino que sean algo más para la industria.
“Algo que ya realmente sirva para la humanidad, que incluya temas como inteligencia artificial y el internet de las cosas”, indicó el profesional visionario.