Secas o marchitas están las plantas de café en las cordilleras Tecapa-Chinameca y Cacahuatique, en el oriente del país, luego de pasar más de 800 horas en altas temperaturas y estrés hídrico debido a la sequía. Los productores advirtieron que esta crisis provocará una caída en la producción 2018/2019 y sus impactos se verán incluso en 2020 por la falta de crecimiento en los cafetos.

Las fincas ubicadas en la cordillera Tecapa-Chinameca, en Usulután, y en la sierra Cacahuatique, en Morazán, son las principales afectadas por la sequía severa que sufre El Salvador desde el pasado 22 de junio. No obstante, los estragos de esta crisis alcanzan los cultivos en Chinchontepec, entre San Vicente y La Paz, El Bálsamo, en La Libertad, y Alotepec en Santa Ana, advirtió Omar Flores Hidalgo, presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal). Las consecuencias de esta falta de lluvia se reflejarán en la actual cosecha y en 2019/2020, señaló.

La ausencia de lluvias ha causado un lento desarrollo del grano del café y mermará el rendimiento de la cosecha 2018/2019. En tanto, los cafetos que aún están en fase de crecimiento no muestran bandolas, las ramas de los gajos de café que deberían estar para el ejercicio 2019/2020.

“El árbol de café se prepara para el siguiente año desde este invierno y comienza a echar bandolas. Eso afectará en la producción de 2019/2020, ya estamos anticipándonos para la cosecha siguiente”, explicó Flores.

Carlos Borgonovo, presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé), aseguró que aunque es prematuro precisar pérdidas, esta “situación crítica” afectará el tamaño del grano del café y, por consiguiente, su peso y rendimiento de uva a oro. Es decir, se requerirán más granos para sacar un quintal de exportación, como ocurrió en 2015 cuando llegaron a utilizar en promedio 600 libras de café uva para sacar un quintal de oro. En un año normal, indicó, solo se utilizan 550 libras.

 

Se agudiza la crisis en oriente

A mediados de julio, Joaquín Ortiz Ginjaume, presidente de la Acafesal en Usulután, advirtió que los cafetos sembrados con el ingreso del invierno se comenzaron a secar por la falta de humedad, mientras que las plantas más adultas podían sobrevivir sin agua por más tiempo. Dos semanas después, el productor aseguró que las plantas entre uno y dos años también comienzan a secarse porque “el café es tolerable pero jamás en un extremo”. Ortiz indicó que “el suelo está demasiado seco y las raíces no tienen de donde sacar líquidos, entonces la raíz se contrae y el palo tienen a secarse”.

Por el grado del calentamiento de la tierra, agregó, si llueve con mayor intensidad que en un invierno normal, los productores deberán lidiar también con la roya porque “del cambio de caliente a clima lluvioso es la etapa que más le gusta al hongo”.

Pese a que también el café es uno de los cultivos impactados por la sequía, el productor aseguró que aún no reciben una propuesta o apoyo estatal. “Queremos soluciones concretas, los de cordillera Tecapa- Chinameca pedimos pronta ayuda de parte del Gobierno para los afectados”, agregó.