Las plantas que se han comenzado a secar son las que fueron sembradas entre mayo y junio pasado. / Diego García


Dos o tres meses de sembradas tienen las plantas de café que comienzan a secarse ante la escasez de lluvias en la zona oriental, por lo que los productores han tomado la decisión de aplicar riegos manuales mientras se reanudan las precipitaciones.

En la Finca Lourdes, ubicada en Usulután, un grupo de caficultores se desplazó ayer a regar las plantas que sembraron entre la última semana de mayo y la primera de junio, pues son las más afectadas por la sequía que inició el pasado 22 de junio y que hasta este jueves sumó 21 días consecutivos.

En esta finca hay cerca de 10,000 plantas de café recién sembradas y cada una tiene un costo promedio de $1.50. Si no llueve en esta semana, se pondría en riesgo una inversión de $15,000, indicó Efraín Hernández, productor encargado del cultivo.

“Media vez llueva, se puede recuperar. Ahorita estamos tratando de recuperarlas un poco porque aquí está ya en estado de letargo, tratando de entretenerlas para ver si aparece la lluvia y que el palo pueda volver a su estado normal”, explicó Hernández.

Planta afectada por la proliferación de chacuatetes. / D.G.


Esta situación es similar en la Finca La Felipa, a 1,200 metros sobre el nivel del mar, también en Usulután, donde varias plantas jóvenes entraron en estrés hídrico y comenzaron a secarse. “Pero la falta de dinero nos hace a los caficultores no poder trabajar como se debe, no es que uno no quiera”, reafirmó Hernández.

Joaquín Ortiz, presidente de la Asociación Cafetalera en Usulután, explicó que mientras una planta tenga laterales y hojas verdes aún se puede rescatar; pero para eso, advirtió, es necesario aplicar abono o fertilizantes.

“El café es bastante tolerante, pero hasta cierto punto. Mientras se vea que sus laterales están verdes y tiene hojas, es recuperable. Pero no solo porque llueva se va a recuperar, necesita abono porque si no se le aplica, la planta tendrá un crecimiento lento y no echará fruto”, explicó. Una planta sin abono, detalló, se puede tardar tres años en dar sus “poquitos granos”, mientras que una plantilla nutrida reportará mayor productividad.

Ambos productores descartaron la proliferación de roya, pues explicaron que este hongo se da en la transición de la temporada lluviosa a seca. Sin embargo, Ortiz advirtió que por el incremento de la maleza se ha aumentado la presencia de chacuatetes, animales que se comen las hojas y el grano del café.

Ortiz es dueño de la Finca Alemán, en Usulután, y también ha recibido plantines de café entregados por el Gobierno. Indició que aunque se mantenga la limpieza en la zona de cultivo, “la finca vecina no le da el mantenimiento adecuado, entonces se me pasa a mí todas las plagas”.

La finca Lourdes ha empezado a utilizar riego manual para las plantas jóvenes. / Diego García