Cientos de manifestantes se enfrentaron este jueves a fuerzas antimotines en las calles de la capital nicaragüense en repudio a una reforma al sistema de pensiones, mientras el gobierno mandó a cerrar cuatro canales privados de televisión por informar de los choques.

Convocadas por universitarios, jubilados y vecinos, las protestas comenzaron la mañana del jueves en las cercanías de la Universidad Nacional Agraria (UNA) en Managua, y luego se extendieron a otros recintos y ciudades vecinas.

Los manifestantes rechazan aumentos en las contribuciones al sistema de pensiones decretados por el gobierno del presidente Daniel Ortega.



Cientos de antimotines con escudos, escopetas y gases lacrimógenos repelieron a los manifestantes que ripostaban con piedras, mientras numerosos transeúntes quedaban atrapados en los enfrentamientos.

Un ambiente tenso se vivió en Managua, en medio del sonar de sirenas de cuerpos de socorro y la policía, detonaciones y humo en el lugar de las refriegas. Las universidades suspendieron las clases y algunos comercios cerraron sus puertas

En la noche, vecinos de colonias de clase media salieron de forma espontánea a las calles a sonar cacerolas, al grito de "no tenemos miedo" para apoyar a jóvenes que aún se encontraban en puntos de la refriega.
Llamamos a la calma y que las fuerzas del orden respeten a los medios de comunicación y los derechos de los manifestantes”
Laura Dogu
Embajadora de EE.UU en Nicaragua

Censura a medios

Tres canales de señal abierta y el canal 15 de televisión por cable quedaron fuera del aire cuando trasmitían información sobre las protestas.

"El gobierno ha ordenado a las empresas de cable sacar del aire la señal", dijo el director de canal 15, Miguel Moral, denunciando "una clara violación al derecho a la libertad de prensa".

La Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham) pidió que los medios "suspendidos puedan reiniciar sus labores de forma inmediata". Horas después, un medio de señal abierta, canal 12, fue reabierto.



La organización de escritores y periodistas afiliados a PEN Nicaragua denunció que al menos 11 periodistas fueron agredidos y algunos despojados de sus medios de trabajo por la policía y grupos oficialistas cuando cubrían las manifestaciones.

El colectivo demandó la reapertura de "los medios de comunicación independientes" cerrados y llamó al gobierno a respetar "la integridad física de los periodistas".
Los ataques contra personas que se manifestaban pacíficamente y los periodistas que cubrían la protesta, representan un intento flagrante e inquietante de restringir los derechos a la libertad de expresión y reunión”
Erika Guevara-Rosas
Directora para América de Amnistía Internacional

Gobierno descalifica

La vicepresidenta Rosario Murillo dijo que las protestas son dirigidas por grupos "minúsculos", a los que tildó de "almas pequeñas, toxicas, llenas de odio" que no representan el sentimiento del pueblo.

"Estas circunstancias dolorosas tan manipuladas, esa corrupción de pensamientos e intenciones, estos corazones enfermos, cargados de odio y pervertidos, no pueden sembrar el caos y negar a todas los nicaragüenses la tranquilidad que gracias a Dios tenemos", agregó.

Las protestas iniciaron el miércoles cuando al menos 18 personas, entre ellos periodistas, resultaron con heridas y golpes por objetos contundentes al ser sorprendidos por grupos de choque que se identifican con el gobierno.

El Obispo Auxiliar de Managua, Silvio Báez, llamó a la sensatez al presidente Daniel Ortega y a Murillo para que "detengan la violencia y la represión". "¡No pongan en peligro la paz del país!", publicó en Twitter.



El gremio empresarial por su parte llamó al gobierno a dialogar para resolver el conflicto.

Los cambios al sistema de pensiones fueron recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de darle sostenibilidad al Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS).

Aunque el gobierno mantuvo intacta la edad de jubilación y el número de cotizaciones para pensionarse, los aumentos en las contribuciones han sido rechazados por empresarios, sindicatos opositores y sociedad civil.

Analistas de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social advirtieron que la reforma provocará "despidos y más desempleo" y proyecta que unos $200 millones dejarán de circular en la economía, lo que redundará en una desaceleración del consumo y mayor informalidad.