Daniel Rodríguez Moya es el creador del documental “Nicaragua Patria Libre para vivir”, producción que evidencia una parte de las insurrecciones de parte del pueblo nicaragüense contra el gobierno de Daniel Ortega y cómo este persiguió y despareció a muchos líderes civiles, además, a través del testimonio de luchadores de la sociedad civil y de personas exiliadas se ve un rostro humano de la historia… la versión desde las víctimas.
Desde Diario El Mundo se tomó a bien profundizar el contenido del filme a través de una entrevista con Rodríguez.
¿Cuándo decidió producir el documental?
En abril de 2018 cuando me llegan al celular por parte de amigos las primeras imágenes de la represión por la protesta de abril por la baja de las pensiones yo ya venía siguiendo todas las protestas anteriores y cuando veo esas imágenes digo “aquí está pasando algo mucho más fuerte que todo lo anterior”.
Me inquieto, me pongo nervioso y digo “lo que está pasando tengo que verlo, tengo que contarlo” porque llevo media vida dedicado a estudiar la historia de Nicaragua.
Además, una buena amiga, hija de la poeta Claribel Alegría, en una conversación sobre lo que pasaba en Nicaragua me dice “Daniel vos tenés que filmar esto” y fue la chispita que me faltaba para empujarme.
Luego, a inicios de mayo y comencé a organizar cómo podía hacer un documental.
Me organicé durante todo el mes de mayo, mes de junio, llegó el mes de julio preparándolo todo y en agosto ya tenía el camarógrafo que me iba a ayudar, ya lo tenía todo, con la mala suerte que al momento que llegué a Nicaragua ya la represión ya no solo era en las calles, en las marchas, sino que ya se ha desatado y comienza la operación casa por casa —estaban persiguiendo los paramilitares y policías a los principales líderes que eran a quienes yo quería entrevistar porque a mí lo que me interesaba era llegar a esas personas y contar desde muchos puntos de vista para entender la complejidad de lo que estaba pasando—.
El documental creo que una de las funciones que debe cumplir es servir como un granito de arena en la montaña gigante de la memoria colectiva. Sin memoria hay impunidad siempre, con impunidad no hay justicia y sin justicia hay repetición”. Daniel Rodríguez Moya, documentalista
¿Cómo se resguardaban usted y su camarógrafo?
La única manera de hacer lo que estábamos haciendo era de la misma manera en que vivían las personas que íbamos a entrevistar: de manera clandestina.
De entre todos los testimonios, ¿cuál fue el que más le marcó y por qué?
Todos los testimonios, durísimos e intensos e interesantes, pero fue el momento en que pude entrevistarme con Jared Vázquez, el papá de un chaval, que fue uno de los primeros asesinados en la Iglesia de la Divina Misericordia (donde estaban estudiantes resguardados y entraron los paramilitares a atacrales).
Cuando yo me encontré con su papá estaba en Costa Rica recién exiliado (porque tras que asesinaron a su hijo a él lo buscaban por ser el padre).
Él empieza a describirme el momento del asesinato de su hijo y él se quebró de pronto. Conecté de tal manera con él, con lo que me estaba contando que de repente a mí me cruzó por dentro el mismo dolor que él estaba sintiendo, en ese momento fue capaz de transmitírmelo y yo me quebré igualmente. Fue algo más que la empatía.
Él se levantó, se acercó a mí y me dio un abrazo y ahí hubo un momento de conexión profunda y fui capaz de visualizar de verdad, el dolor verdadero de un padre que pierde a su hijo en esa circunstancia.
Ese día juro que dije “esto lo voy a documentar, voy a hacer hasta lo imposible por contar esta historia porque no puede pasar de la misma manera que esto quede en la impunidad. No puede ser que esta violación de derechos humanos al final quede como un episodio más de impunidad”.
El dolor de esa unión me dio también el empuje de poder terminarlo.
El título
En 2018 la consigna de las protestas se convierte de “Patria libre o morir” por “Patria libre para vivir”, porque para Moya la vida se pone por delante de cualquier otra parte. “Se ha apostado por la vida cívica. ¿Quién quiere una patria libre, para qué quiere un valor como la libertad, si no puedo disfrutarla porque no estoy vivo? Esa es la clave de todo. Por eso titulé el documental de esa manera”, explicó Daniel Rodríguez Moya.