El príncipe Enrique y su esposa Meghan se descalzaron este viernes para participar en una colorida reunión de surferos en la emblemática playa de Bondi Beach, en Sídney.
Luciendo collares de flores, los duques de Sussex se sentaron en círculo con los miembros de la asociación OneWave, que promueve actividades al aire libre como el surf para superar los problemas psicológicos.
Meghan, que llevaba un vestido largo veraniego de rayas, y Enrique, con pantalón beige y camisa azul, fueron por la mañana al encuentro de los surferos llegados a domar las míticas olas de Bondi Beach.
Numerosos habitantes se congregaron en las inmediaciones para ver a la popular pareja.
"Todavía hoy hay gente que recuerda la visita de la reina" en 1954, explicó Christopher Cundle, de 26 años. "Y siguen hablando de eso".
"Puedo imaginar fácilmente que es una de las cosas que les contaré a mis nietos y a las generaciones futuras. Ha sido fantástico", agregó.
Enrique, de 34 años, y Meghan, de 37, que acaban de anunciar que serán padres la próxima primavera, iniciaron el lunes en Sídney una gira de 16 días por el Pacífico.
La reina Isabel II sigue siendo oficialmente la jefa del Estado australiano, pero una mayoría corta de australianos son favorables, según los últimos sondeos, a romper los vínculos con Londres y convertirse en una república.
El poder de la Corona británica sobre Australia es ampliamente simbólico. La reina Isabel goza de una gran popularidad entre los australianos pero, para muchos, la monarquía no es más que la reliquia anacrónica del reino colonial británico.
A pesar de todo, Enrique y Meghan han sido recibidos con grandes muestras de cariño en Australia.
El príncipe debía escalar este viernes el Puente de la Bahía de Sídney e izar la bandera para inaugurar los Invictus Games, una competición en la que participan los heridos e inválidos de guerra.
El lunes, el duque y la duquesa de Sussex se desplazarán a Fraser Island, la mayor isla de arena del mundo, en Queensland, antes de volar a Fiyi, Tonga y Nueva Zelanda.