El príncipe Enrique transmitió el saludo de "nuestro pequeño bulto" a los trabajadores forestales neozelandeses este lunes durante una gira, junto a su mujer, por una reserva natural en la isla del Sur.
La llegada de la pareja real al parque nacional Abel Tasman estuvo ambientada con el sonido de una caracola y el tradicional saludo maorí.
En medio de una fuerte lluvia, Enrique dijo a la multitud que se sentía agradecido de que el tiempo fuera lo suficientemente bueno como para poder viajar desde la capital, Wellington, en un helicóptero NH90 de la fuerza aérea neozelandesa.
"La previsión meteorológica era mucho peor que esto, así que estamos muy, muy contentos de haberlo hecho", dijo.
"La lluvia es una bendición para todos nosotros... para mi esposa, para mí y para nuestro pequeño bulto, nos sentimos muy agradecidos de poder estar aquí".
"Traemos la bendición de mi abuela, Su Majestad la Reina, y de toda nuestra familia", añadió.
Los duques de Sussex pasearon del brazo por la playa, conversando con un guardabosques.
Almorzaron con niños de la zona, uno de los cuales, Milan Chapman, de 15 años, los describió como "muy amables, habladores y relajados".
Antes, la pareja expresó su admiración por el personal de salud mental en Wellington.
"Me quito el sombrero ante ustedes, chicos", le dijo Enrique a los miembros de Voices of Hope, una organización que lucha contra el suicidio juvenil.
"Todo el mundo necesita alguien a quien poder acudir, ¿verdad?", declaró.
Nueva Zelanda es la etapa final de una gira de 16 días que también llevó a Enrique y Meghan a Australia, Fiyi y Tonga.
El viaje coincidió con los Invictus Games 2018 en Sídney, una competición deportiva para soldados lesionados que Enrique ayudó a fundar.
En la ceremonia de clausura de los Juegos, Enrique habló de lo necesario que es hablar abiertamente de la ansiedad, del estrés y de la depresión, revelando sus propias luchas.
"Yo he estado ahí, ustedes estuvieron ahí, y ahora necesitamos llegar a aquellos que nunca se hubieran imaginados a sí mismos en esa posición", dijo.
Meghan también aprovechó su primer viaje real desde su matrimonio con Enrique, hace cinco meses, para promover sus causas predilectas, especialmente el empoderamiento femenino.