Cinco personas fueron asesinadas la madrugada del sábado en diferentes municipios del departamento de San Miguel. Las víctimas fueron sacadas de sus viviendas en presencia de hijos, familiares y compañeras de vida. En todos los casos, los asesinos utilizaron el mismo modo de operar. A todos les asestaron tres balazos en el rostro y cabeza.

El oficial de servicio de la Policía Nacional Civil de San miguel dijo que los primeros casos se registraron en el cantón San Pedro Arenales de Chinameca, donde asesinaron a Herson Mauricio Laínez Saravia, de 22 años, y Leonel Saravia Saravia,de 45, ambos primos.

El jefe policial dijo que apenas procesaban esa escena cuando recibieron una llamada telefónica de otro homicidio en la lotificación los Naranjos, siempre en Chinameca. Ahí las autoridades reconocieron el cadáver de Herson Vladimir Renderos Aparicio, de 24 años, los tres presentaban tres disparos en rostro y cabeza. Estos hechos fueron casi a la misma hora y el modo de operar es igual: hombres vestidos con ropas oscuras haciéndose pasar por agentes de la PNC y todas las víctimas fueron sacadas de sus viviendas y a 100 metros de distancia los ejecutaron.

En el canton San Antonio Silva, barrio El Centro, también fue asesinado Romeo Melgar Fuentes, de 45 años, y en el caserío el consuelo del cantón El Tecomatal, de San Miguel, las autoridades procesaron la escena del homicidio de un menor de 16 años de edad, identificado como Orlando G., quien recientemente había regresado de la ciudad de San Salvador, donde pasó las fiestas de fin de año con sus abuelos y familiares.

La versión policial indica que a eso de la medianoche, un grupo de 11 sujetos irrumpió la vivienda manifestando que eran agentes policiales, y les dijeron que abrieran, al no atender el llamado comenzaron golpear las puertas y usando una almagana lograron abrir y se dirigieron directamente hacia el adolescente, se lo llevaron a una distancia de 100 metros de la vivienda y luego se escucharon tres disparos de arma de fuego.

Familiares aseguraron que los homicidas vestían chalecos oscuros, ropa particular y gorros pasamontañas. Portaban fusiles, pistolas y trabucos.

El jefe policial dijo que sólo uno de las víctimas tenía antecedente penal por tráfico ilícito de drogas, el resto no. De momento no pueden confirmar que los crímenes hayan sido cometidos por grupos de exterminio que opera en el país.