Los capturados fueron trasladados ayer al Juzgado Especializado de Instrucción de San Miguel. / Rosa Fuentes


Agentes de la Policía Nacional Civil acusados de pertenecer a una banda de sicarios en la zona oriental del país, habrían utilizado uniformes policiales, armas y patrullas para cometer privaciones de libertad, según la Fiscalía General de la República.

“Usaban uniformes, solo le quitaban las insignias y en otros casos usaban solo ropa oscura”, explicó ayer el fiscal de la unidad antihomicidios, Arturo Cruz.

La Fiscalía presentó ayer dos solicitudes de imposición de medidas contra 26 imputados, entre ellos 11 policías, por 24 homicidios, y a 18 imputados más, por nueve homicidios.

El Ministerio Público también explicó que los policías fueron cuidadosos al usar las armas de la institución solo para intimidar “no efectuaban disparos”, sino que para esto utilizaban armas ilegales.

El fiscal Cruz agregó que los testigos criteriados de este caso, han señalado que los policías utilizaron una patrulla para hacer privaciones de libertad.

“Se encuentran testigos con criterio de oportunidad que formaron parte de dicha estructura, que nos vienen a narrar cómo ocurrieron los hechos, cómo se preparaban, cuál era la logística; las posibles causas que cometieron los hechos, en varias de esto, porque sabían que las víctimas eran de maras o pandillas, en tres casos recibieron pago, hasta el momento uno de los testigos afirma que pagaron $200, pero como era grande, se dividieron el pago”, explicó Cruz, al momento de judicializar las capturas.

Las investigaciones apuntan a que la supuesta banda de sicarios operaba desde el 2015 y entre los acusados está el exagente policial Juan Josué Castillo Arévalo, alias “Samurái”, quien es prófugo desde el 29 de diciembre, cuando presuntamente asesinó a la también agente, Carla Mayarí Ayala Palacios.

También fueron acusados su papá, Juan José Castillo Arévalo y su hermano Joel Isaac Castillo Arévalo; otro hermano, también expolicía, está prófugo.Ayer, los fiscales no descartaron que la estructura haya colaborado para desaparecer el cuerpo de Carla Ayala.