La historia se ha repetido todos los años desde hace décadas: los pobladores de las comunidades El Brazo, La Canoa y Cantora, quienes viven cerca del río Grande, en San Miguel, sufren por inundaciones causadas por el desbordamiento del afluente.
Ayer el alcalde Miguel Pereira dijo que eso cambiará por los 12 kilómetros de borda que construyen, además de otras obras de mitigación, para evitar que la fuerza de la corriente del río destruya cultivos, anegue viviendas y corte la circulación vehicular en el kilómetro 121 de la carretera del Litoral.
La situación afecta a los pobladores de al menos 10 comunidades en el caserío Casamota, El Salto, La Cumbre, Santa Fidelia, Las Piedras, Los Llanitos, El Chaparral y Gualuca.
Además, un tramo de la carretera se cubre de agua por completo e impide el paso. Pereira manifestó que es alarmante observar como las aguas del río Grande han destruido las bordas anteriores.
“Se van a limpiar 12 kilómetros de largo y 10 de ancho del cauce para evitar el desbordamiento del río”, dijo ayer.
La inversión que la alcaldía realiza es de más de $80 mil, beneficiando a más de 800 familias.
El financiamiento es con fondos municipales y cooperación de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del río Lempa (CEL) que ha prestado maquinaria. Además algunos empresarios que rentarán maquinaria se han unido en este esfuerzo .
Pereira dijo que había solicitado al Ministerio de Obras Públicas maquinaria desde el mes de noviembre del año anterior, pero por la huelga que atraviesa esta cartera de Estado no tuvo respuesta. El funcionario dijo que serán aproximadamente dos o tres meses de trabajo.
“Para dar una solución completa se necesitan de $25 a $30 millones, pero ya sería un proyecto del Gobierno Central, porque lo más importante sería construir un muro de concreto”, dijo Pereira.
Para el alcalde, sería bueno que la comuna de Chirilagua construya obras de mitigación para evitar el impacto del caudal.