La familia vive en una casa de lámina y piden ayuda para no mojarse durante el invierno. / Rosa Fuentes.


Sin un empleo formal, la madre de cinco jóvenes, tres de ellos con discapacidad visual desde su nacimiento, solicita ayuda para atenderlos.

Juana Rosa Medrano Castro, de 45 años, y sus cinco hijos viven en el caserío Los Puentes, del municipio de Chapeltique, San Miguel.

Ella no tiene trabajo fijo y desesperada, solicita que personas de buen corazón le ayuden a construir una casa digna para sus hijos.

La casa en la que viven está construida de pedazos de lámina, y cuando llueve no logran resguardarse. Los niños se ponen nerviosos cuando hay truenos.

Juana Medrano Castro expresó que sus hijos Mirna Yamileth Medrano, de 21 años, Walter Alexis Medrano, de 18, y Brayan Alexander Medrano de 11 años, nacieron con discapacidad visual.

Sus partos fueron atendidos en el Hospital de Ciudad Barrios y los médicos en ningún momento detectaron el problema de los niños. La familia notó el problema con el crecimiento y desarrollo de los menores.
Somos una familia muy pobre, el papá de los niños vendía sorbetes; apenas salíamos con los gastos de la alimentación para los niños. Nunca contamos con lo económico para llevar a nuestros hijos a un especialista. Luego que lo asesinaron hace más de 10 años, quedé sola con ellos y por cuidarlos, no trabajo”, relató la angustiada madre.

Mirna es la hija mayor de Juana, pero se mantienen al interior de un cuarto de láminas, por su discapacidad.

“Ella es un poco agresiva. Cuando está enojada se abalanza en contra de las personas, no le gusta el ruido, no tiene ningún tratamiento y no puede dormir. Siempre es así”, expresó Medrano.

Walter Alexis de 18 años es diferente. Le gusta cantar y tocar el güiro, asiste a una iglesia evangélica. Ya se sometió a una cirugía en su ojo derecho, pero no tuvo éxito, cuenta la madre, quien además desconoce el diagnóstico que un médico dio a su hijo.

Solamente recuerda que el profesional le repitió que sus hijos no tenían las posibilidades de ver aunque se sometieran a diferentes operaciones.

Brayan es el pequeño inquieto de los tres hermanos no videntes. Se pasea por el patio de la vivienda. Cuando le llaman por su nombre, busca de dónde proviene la voz de la persona, levanta su cabecita, se toca sus ojos como queriendo ver y luego agacha su cabeza y continúa la marcha.

Castro pide a las personas altruistas que le ayuden a construir una vivienda y un tratamiento para sus hijos. El teléfono es 6000-4043.