Los delincuentes entraron a la iglesia por el campanario donde rompieron el balcón, según el sacerdote, José Trejo.
En esa misma parroquia, pero en 2016, robaron la corona a la misma imagen, pero en esa ocasión estaba elaborada en oro de 14 kilates.
Las pérdidas oscilan entre $5,000 y $6,000, según el párroco, quien aseguró que la imagen del niño tiene más de 100 años.
En el templo San San Francisco de Asís, en San Miguel, también robaron, la noche del martes, el sagrario construido de lámina troquelada y plata.
El 28 de noviembre la ermita del cantón Concepción, del municipio de Lolotique, fue el blanco de los delincuentes, quienes tuvieron el tiempo de quitar las vestiduras de las imágenes y robarlas.
Indignados, vecinos de esas comunidades demandan mayor responsabilidad de la Policía Nacional Civil al investigar y prevenir estos hechos.