Pobladores de los cantones Las Mesas, El Cahuano y el caserío El Tizate, del municipio de Sesori, San Miguel, relataron a Diario El Mundo que desde que la pandemia empezó, las exigencias de la pandilla MS-13 en la zona han incrementado.
Los delincuentes mantienen una nueva forma de operar, y es que la extorsión la recogen mujeres a bordo de motocicletas que ellas mismas conducen, si alguna víctima no posee el pago en efectivo, debe brindar víveres a cambio de resguardar sus negocios y en el mejor de los casos, sus propias vidas y la de sus familias.
“Hay problemas delincuenciales y zonas donde operan muchachos que forman parte de grupos de terrorismo, aquí nuestro municipio colinda con Ciudad Barrios, Chapeltique y Lolotique. Entre estos límites se mueven y se esconden en las montañas, la población ya pidió ayuda a las autoridades y no se nos está apoyando el sector de cobertura es amplio”, declaró un habitante de Sesori, que pidió no ser identificado.
Las zonas más afectadas son cantones como Las Mesas, El Cahuano y el caserío El Tizate, del cantón San Sebastián; “ahí los habitantes sufren el fuerte accionar de la pandilla MS, pues los delincuentes exigen dinero de las remesas que envían nuestros familiares de Estados Unidos”, dicen los pobladores.
Añaden que cuando no pagan la extorsión, han violado a las jóvenes y mujeres sin que nadie pueda hacer nada, porquelos pandilleros portan armas de grueso calibre.
Al momento de esta cobertura se buscó al jefe del puesto policial de Sesori, pero se dijo que se encontraba en una reunión en la delegación de San Miguel.
En las calles del pueblo, los negocios son asediados y de vez en cuando pasan jovencitos vigilando el movimiento comercial de cada negocio, según los lugareños, para evitar que “les mientan” a la hora de pagar la extorsión.
“En las zonas de las orillas está bien fregado, ahí es arriesgado andar, le roban a la gente y a las muchachas de buen parecer las están violando”, manifestó un denunciante.
Los pobladores relatan que los pandilleros utilizan a los motoristas de los mototaxis para trasladarse a los cantones, caseríos y en ocasiones a familias que tienen medios de transporte como motocicletas y vehículos, los obligan mediante amenazas de matarlos, sino les colaboran a llevarlos a zonas montañosa del municipio donde permanecen alejados de las autoridades.
Los pobladores dicen que los patrullajes de la Fuerza Armada y de la Policía Nacional Civil no son suficientes, porque los mismos jovencitos vigilan el movimiento de las autoridades, para saber en qué momento y en qué calles se ubican los retenes.
Indican que las zonas donde los pandilleros se mantienen son en San Cristóbal, Ciudad Barrios; San Luisito, El Cablote, La Angostura, La Joya y Trinidad, en Lolotique, siempre en zonas montañosas.