Los spots en la televisión nos llenan de entusiasmo, fe y esperanza. Es que el Pulgarcito de América siempre se levanta de cualquier problema. Algunos analistas dicen que todo cambió en El Salvador desde que vinieron los españoles. Anhelábamos no tener militares gobernando, el genocidio de 1932, una guerra fratricida, tormentas, terremotos, pandemias y tantos males. Todos anhelamos vivir en un mejor país.

¿Cuándo tuvimos las mejores épocas? Quizá no hemos tenido una primavera salvadoreña como tal; sin embargo, El Salvador ha tenido muchos momentos buenos. Cuando la caficultura era el principal motor de desarrollo, se construyeron: el Puente de Oro, El Palacio Nacional, El Teatro Nacional de San Salvador, muchas carreteras entre otros.

Cada Presidente deja su legado. No podemos tener a un Gobierno perfecto. Todos tienen que ejercer un trabajo con transparencia y realizar los proyectos según el presupuesto designado; eso va también para los concejos municipales, entidades autónomas, ministerios, etc.

Con respecto a la educación, se tendrá un mejor presupuesto para el próximo año; estuve pregonando que se tuviese un 6% de inversión; sin embargo, con un 5% las cosas cambiarán. Un país educado tendrá la llave para salir de la pobreza, la cual impera en muchos municipios.

¿Qué podemos cambiar para tener un mejor rumbo? Las leyes tienen que ser aplicadas de igual manera. El pueblo se cansó de ver a los poderosos o influyentes evadir a la justicia. ¿Es necesario se cambien algunos artículos de la Carta Magna? ¿Será oportuno que se elimine el fuero a los diputados ministros y otros funcionarios?, ¿será posible abolir el nepotismo?

Todos sabemos que la fuerza que mantiene a El Salvador son los migrantes que inyectan estabilidad económica a muchos hogares. ¿Podría subsistir el país sin esas remesas?, ¿cómo hacer para que la fuga de cerebros se queden?

Lo más positivo de este gobierno es que ha logrado disminuir la delincuencia, eso es un aliciente para que los grandes empresarios se afinquen acá. Los emprendedores locales podrán invertir sin problema alguno.

El presidente Nayib Bukele anhela tener toddo el poder a partir del 1 de mayo del 2021. Ojalá que el barco no se vaya a la deriva. El pueblo se cansó de ver a partidos tradicionales. El pueblo anhela tener un Estado más seguro y con oportunidades. El mapa político seguirá cambiando. Nuevas Ideas quieren tener la mayoría de diputados para poder mover las piezas sin tropiezos. El pueblo lo anhela. Ojalá todo marche bien. ¿Podrá Bukele gobernar mejor con una Asamblea Legislativa que diga sí a todo?

El ciudadano, sea quien sea, anhela un país con oportunidades laborales, a veces quedamos sorprendidos viendo a cientos de personas haciendo cola para obtener una plaza laboral. Todos anhelamos una pensión digna; hospitales con una infraestructura óptima, medicinas y personal calificado. Todos anhelamos tener escuelas en donde los alumnos tengan centros de cómputo, docentes calificados, bibliotecas y enseñanza de calidad.

Anhelamos que el agro, la ganadería y todo lo que sea alimentos tenga mejores condiciones. Cada año, con las tormentas las cosechas se pierden. Se necesita más tecnificación y subsidios a los agricultores. Ya mencioné anteriormente que es injusto que estemos importando granos básicos y verduras. Acá tenemos tierras fértiles.

Anhelamos erradicar la pobreza en todos sus niveles, disminuir la taza de población desempleada; anhelamos que la deserción escolar cese y que se creen oportunidades equitativas para que todos puedan optar a carreras universitarias. Anhelamos no tener más migración. Anhelamos que no haya corrupción, extorsiones de parte de las pandillas. Anhelamos que no haya desaparecidos y tantos males que aquejan a la ciudadanía.

Todos queremos que los tres Poderes del Estado no continúen en querellas. La democracia se debilita y eso brinda mala imagen a nivel internacional al país.

Para llegar a tener un país desarrollado tendríamos que emplear a todos los profesionales graduados, más emprendedores, consumir lo que acá se produce. Una inversión extranjera que logre el desarrollo socioeconómico. Debemos ser más innovadores y creativos.

Utopía o no, cada padre de familia, profesional, obrero, taxista, campesino, todos, anhelamos tener un país con mejores oportunidades. En conclusión, todo ser humano desea trabajo, salud (que cese la pandemia) y estabilidad sociopolítica.