Los cafetales están poco a poco tomando vida en las cordilleras salvadoreñas, el que continúa con este rubro ha tenido que aprender a cultivar variedades de cafetos, asumir riesgos, ser resilientes y tener planes de acción ante las problemáticas que se han tenido como: la roya, bajos precios del aromático, etc. Hablar de caficultura sostenible en El Salvador implica tener una conservación de la naturaleza y garantizar mejores condiciones de vida para los encargados de cultivar y procesar café. En otras palabras, se debe de realizar prácticas de conservación del medio ambiente para optimizar recursos y generar menos desperdicios posibles.

La caficultura se está levantando en El Salvador; sin embargo, se evidencia de fincas que eliminaron los cafetales y han sembrado maíz y frijol. La roya vino a ser un gran problema y acabó con muchos cafetales. Con la caficultura se promueve un mejor ecosistema, las fuentes híbridas no se secan y aumentan su caudal, la flora y fauna aprovecha el recurso que se deriva de la reforestación, absorbe dióxido de carbono del medio ambiente, evita la erosión de los suelos. El Gobierno de El Salvador y el Plan de Transformación y Despegue Sostenible del Café, está colaborando con los 20,000 cafetaleros para poder salvar la caficultura. Anualmente están brindando cafetos para sembrarlos en todas las cordilleras. Investigando qué hacen algunos países para lograr salir adelante con las crisis enfrentadas en el rubro del café, en Costa Rica, el café que producen, en un 22% es sostenible y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero. Por eso es que ese café tiene más precio a nivel internacional. Además, fundaron un organismo en donde han unido fuerzas entre ministerios y el instituto del café. Han conseguido capacitar a los caficultores y sembraron miles de árboles bajo sistemas agroforestales. Todas estas iniciativas contribuyen a paliar el cambio climático.

El Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador, Consejo Salvadoreño del Café, Asociación Cafetalera de El Salvador, entidades como, FIAES, Salvanatura y otras oenegés, están colaborando para que se renueven los cafetales.

Felicito a la Empresa Municipal Descentralizada de Agua Potable (EMSAGUAT), Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES) y a la Alcaldía Municipal de Tacuba, quienes, en conjunto, han capacitado a agricultores del municipio. Les han regalado cafetos, árboles maderables y frutales. A los agricultores se les capacita para elaborar abonos orgánicos, contribuyendo a que las personas tengan trabajo y colaboren con el medio ambiente.

Los que estamos en el rubro del café debemos de minimizar el uso de pesticidas y fertilizantes. Si es posible, se debe aplicar en los cafetales abonos naturales como: la pulpa del café, además, se pueden elaborar compostas en donde se agrega estiércol de animales como la gallinaza, entre otras prácticas. Los bosques cafetaleros son fuente de vida, se debería de premiar o dar “bonos verdes” por colaborar con el medio ambiente, tal como lo hacen en Costa Rica. Hablar de una finca de café es de diferenciar entre un modelo tradicional y uno sostenible. El concepto de “sostenible” no implica en si gastar más, se necesita no afectar el suelo. En El Salvador, por ejemplo, aún siguen haciéndose prácticas de quema de malezas. Contar con más cafetales, es sinónimo de mejorar el ecosistema y también garantizar que muchas familias que se dedican directa e indirectamente al cultivo de los cafetales, logren tener una mejor vida y por ende contribuir a la calidad del aire, a que los mantos acuíferos no se sequen y cuidar la flora y fauna.

Lo recomendable es aplicar fertilizantes amigables son el medio ambiente o estrictamente natural u orgánicos. La caficultura ecosustentable es poco utilizada en El Salvador, acá debe de haber usos adecuados de sombra e incorporar materia orgánica. Recuerdo cuando se afincó SALVANATURA en Tacuba, Ahuachapán, lograron que los cafetaleros con propiedades cerca del bosque El Imposible tuviesen mejor comprensión para proteger el bosque cafetero. La caficultura sostenible implica sembrar café bajo sombra, y por tanto, ayuda al hábitat. No es fácil, con el cambio climático, estar esperanzados a que la caficultura sobreviva en lugares inferiores a los 600 metros de altura sobre el nivel del mar. Será más difícil tener cafetales sin sombra. Algunas variedades no logran soportar las temperaturas, las cuales aumentan cada año.

El Salvador tiene pocos bosques y, uno de ellos es el bosque cafetero. La caficultura debe ser más apoyada de parte del Gobierno para tener más y mejores ecosistemas. Cuando se siembran cafetos, se siembran árboles de sombra, ello es una simbiosis que ayuda a la conservación del medio ambiente. Cuando se siembra cafetos es sinónimo de más vida. Ojalá se apueste más a la caficultura sostenible.