Tal parece que en el año 2022 continuaremos utilizando tapabocas o mascarillas, las aglomeraciones seguirán avisándonos que nos podemos contagiar de covid-19. Como relato de la biblia con respecto a los leprosos, los medios de comunicación y el sistema de salud, nos enseñan a ser cuidadosos, nos hacen ver que el que está al lado pueda tener el virus y contagiarnos.

Las aglomeraciones no son tan inusuales, en algunos países han permitido la realización de eventos deportivos con público. En las iglesias, de diferentes religiones, sucede lo mismo; en tiempos de cuarentena, nos acostumbraron a consumir mensajes religiosos de forma virtual. En los Scouts, también sucede lo mismo, las reuniones ya no son iguales, en esos grupos se necesita tener campamentos, los cuales han disminuido.

La virtualidad sigue avanzando rápidamente, nos estamos acostumbrando a nuevos escenarios como el “metaverso”, ambientes tecnológicos, realidad virtual; los cuales hacen al ser humano menos sensibles, según mi opinión. En la educación virtual se ha perdido el afecto “lo humanístico”, los estudiantes de parvularia, especialmente, no aprenden lo mismo. Se necesita tener interacción entre alumno y maestro. Tendremos a más niños y jóvenes con déficit en sus aprendizajes; ya que, muchos no tienen internet ni equipo tecnológico. En otro contexto, las inteligencias artificiales, máquinas y la robótica, está dejando sin empleo a muchos seres humanos.

El cambio climático seguirá haciendo destrozos a nivel mundial, eso ya se evidencia. El agua potable se está escaseando. Con respecto a la seguridad alimentaria y nutrición, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el año 2013, se extrajo en la Declaración de Madrid: “El hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición se pueden erradicar de forma duradera para 2025. La erradicación del hambre y la malnutrición debe ser definitiva e irreversible y basarse en el derecho de todas las personas a alimentos inocuos, suficientes, nutritivos y asequibles. Este objetivo se puede alcanzar. La adopción urgente de medidas enérgicas y eficaces es un imperativo tanto moral como político”. También se aborda el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente el numeral 2 “poner fin al hambre”. En conclusión, la pandemia ha traído más pobreza e inseguridad alimentaria a nivel mundial.

Es preocupante saber que en algunos países europeos los índices de natalidad han disminuido. Todo esto es un indicador, mientras hay países sobrepoblados como China e India, en algunas naciones, la tendencia es lo contrario.

Con cada fenómeno natural, los seres humanos nos volvemos más resilientes, estamos listos para enfrentar lo que se viene: terremotos, hambrunas, pandemias, incendios forestales, etc. La pandemia covid-19 desveló la vulnerabilidad del ser humano, en especial en los países subdesarrollados o pobres.

La política internacional es cambiante, debido a que los votantes desean mejores oportunidades de vida. En América Latina, observamos constantemente a países que no se satisfacen con las políticas públicas; por eso, surgen nuevos partidos políticos. Además, surgen supuestos líderes que prometen cambios positivos, luego se evidencia la falsedad.

La migración aumenta considerablemente, y eso es preocupante, las noticias de personas que anhelan un sueño de estar mejor, se convierten en tragedia. Por ejemplo, en El Salvador, según informes, en el año 2021, emigraron unas 300 personas aproximadamente cada día, en especial para Estados Unidos. Las causas: pobreza, delincuencia, inseguridad, extorsiones y falta de oportunidades laborales.

Nos espera un nuevo orden mundial. La humanidad quiere cambiar las reglas y leyes brindadas por Dios (Yo sí creo en Dios); la humanidad está aniquilando el planeta Tierra. Las potencias mundiales difunden su armamento y poderío. Proliferan enfermedades por doquier, y se están mandando mensajes de poblar otros planetas. ¿Se logrará?

Nos espera un futuro incierto, las esperanzas para tener un mundo mejor debe centrarse en cada gobernante, en cada decisión que se tome. ¿Será que nos estamos adaptando a un nuevo estilo de vida? La humanidad debe responsabilizarse de sus actos.