González tildó de “lógicas” medidas de austeridad sugeridas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) pero objetó que se consideren como las “únicas” salidas a los problemas del país.
“Es el Fondo (Monetario Internacional) el que plantea este tipo de medidas, como el recortar grasa y este tipo de cosas, que son muy lógicas y que hay tomarlas en cuenta, lo malo es tratar de aplicar esos criterios como los únicos”, afirmó en el programa “Frente a Frente” de Telecorporación Salvadoreña (TCS).
González respondió que ellos –el partido de Gobierno– creen que “sí” hay mucha grasa en el Estado y que “habría que plantearse revisar en el Estado” y “llegar a conclusiones para poder tomar medidas, esto yo creo que es así”.
Citando al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aseguró que las medidas de austeridad a ultranza también pueden ser “dañinas” en América Latina. Rechazó la sugerencia del empresario Ricardo Poma de realizar un análisis del tema fiscal partiendo “de cero” y aclaró que eliminar el gasto de un programa social “sería un error, no solo por razones humanitarias, éticas, sino por razones económicas”.
Una de las críticas más recientes es el aumento de la cantidad de plazas y el gasto en remuneraciones del Estado, señalado por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), que señaló un alza de 46 mil plazas desde 2009.
“Sobre el personal contratado en estos gobiernos, de los salarios que tiene precisamente toda esta gente, todos estos funcionarios, lo cual afecta también de manera negativa, es un enfoque que hay que tomarlo en cuenta, no se puede tirarlo por la borda”, afirmó el dirigente del partido de izquierda. Instó a no analizar los problemas con un “enfoque mecánico y cerrado”. “En este caso, voy a compartir que sí es importante revisar precisamente en el tema fiscal el tema de los gastos, hay que revisarlo”, reiteró.
La cantidad de plazas ha aumentado de 127,564 a 174,894 desde 2002 a 2016, de acuerdo a los presupuestos del Ministerio de Hacienda, incluido el gobierno central, empresas públicas y entes descentralizados. El alza más grande, sin embargo, se da en las remuneraciones, que se duplicaron, de $801.2 millones en 2002 a $1,766.3 millones en 2016, un aumento de 120.45 % en las remuneraciones.