Este año puede ser uno de muchas sorpresas. O simplemente continúa la tradición del conservadurismo que se resiste a cambiar. En la Academia; en los Oscars. Difícil de pronosticar los ganadores de este año. Sí. Sé que siempre digo lo mismo. Bueno, no siempre. Lo vengo diciendo desde 2010 cuando el sistema de votación para Mejor película cambió de uno de mayoría, a uno de voto preferente.

Se los explico: Si película A, tiene la mayoría de votos, pero no el 50 %, digamos que alcanza el primer lugar pero solo con un 45% de las preferencias; la película B, alcanza el 38 % de las preferencias como número uno de los miembros de la Academia. Y digamos que la película C, quedó en segundo lugar -incluso en las balotas de quienes seleccionaron como número uno, ambas películas antes citadas- en un... mmm.. seamos radicales... quedó en segundo lugar pero... GRAN pero, con el 80 % de los votantes de la Academia que piensan que es la segunda mejor, entonces por preferencia del 80%, aunque sea la segunda, tiene mayor aceptación. Ahí tendrían a la ganadora aunque la A, tenga el primer lugar. Ahí la complicación. Entendido esto, pasemos a las categorías.