La poca usual manera de bendecir a los feligreses ha dado la vuelta al mundo y popularizado a un sacerdote de una iglesia ortodoxa de Rusia.

Con manguera en mano, el religioso rompió la tradición y en lugar de rociar agua bendita a las personas que se encontraban en el templo, les lanzó chorros de agua. Todo ocurrió durante las celebraciones de la Epifanía o Bautismo de Cristo.

Los feligreses no tomaron a mal el peculiar método del sacerdote y en el video se escuchan las risas de algunos mientras entonaban los himnos religiosos.

 



Tras lo sucedido, el vicepresidente del Departamento Sinodal para las relaciones de la iglesia ortodoxa rusa con la sociedad y los medios de comunicación, Vajtang Kipshidze, no se mostró escandalizado por el acontecimiento y vio el acto con normalidad.

"Aquí no hay nada escandaloso" y "si (los feligreses) lo consideran normal, no veo cuál sea el problema. Caso contrario, cabe preguntarle al propio sacerdote", respondió.