José Salvador Alvarenga al llegar a Majuro, la capital de las Islas Marshall en un barco.


La historia era tan increíble que opacó los resultados electorales de la elección presidencial del día anterior. Un joven pescador salvadoreño del que nadie había oído su nombre, había aparecido unos días antes en unas lejanas islas del pacífico sur después de 14 meses perdido en el mar. Pero aquel 3 de febrero, la noticia dio la vuelta al mundo.

Eso ocurrió hace siete años, el 3 de febrero de 2014. El protagonista era un humilde pescador salvadoreño, José Salvador Alvarenga, que acaba de sufrir una odisea inédita: 14 meses, 438 días náufrago en el océano pacífico desde la costa sur de México hasta las remotas islas Marshall.

El 2 de febrero, Salvador Sánchez Cerén y Norman Quijano habían pasado a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, pero la historia de Alvarenga hizo que los salvadoreños pusieran su atención en aquel hombre que había aparecido al otro lado del mundo. Su rostro quemado por el sol, su larga y desaliñada cabellera mostraban los estragos de la travesía. Se veía tan vulnerable, tan débil.

Alvarenga mientras era trasladado a recibir atención médica.


La historia comenzó a mediados de noviembre del 2012, cuando Alvarenga -entonces de 37 años- se embarcó en una lancha tiburonera, de siete metros de eslora, junto al joven mexicano Ezequiel Córdoba, en Costa Azul, Chiapas, México. Una fuerte tormenta, cuando se encontraban a unos 80 kilómetros de la costa y una falla en el motor de la lancha, los mandaron a la deriva. Córdoba fallecería dos meses después y Alvarenga rompió todos los récords de sobrevivencia en el mar. Después de dos meses en el mar, Alvarenga se había acostumbrado a capturar y comer aves y tortugas, mientras que su compañero, Córdoba, de solo 22 años, no pudo resistir la travesía.

La portada de El Mundo del 4 de febrero de 2014 con la historia del náufrago salvadoreño.


Su impresionante recorrido de unos 11 mil kilómetros, culminó el 30 de enero de 2014, al llegar a la isla de Tile, en el atolón de Ebon, en las islas Marshall, harapiento, barbudo, peludo, visiblemente demacrado y débil.

Tras las primeras horas de confusión, su historia dio la vuelta al mundo. Su rostro apareció en noticieros de televisión y sitios web de todo el mundo.


Luego de su llegada a Islas Marshall, las autoridades de aquel país lo trasladarían a la capital Majuro y de ahí contactarían a las autoridades salvadoreñas que finalmente lo acompañaron en una serie de vuelos aéreos hasta San Salvador, donde regresó el 11 de febrero, ante las expectativas de todo un país que lo recibía como un héroe.

Su recuperación ha sido lenta. Visitó a la madre de Córdoba en México y ha tenido que enfrentar litigios legales con uno de sus abogados y con la familia de su compañero de odisea. en noviembre de 2015, el periodista estadounidense, Jonathan Franklin, publicó el relato del náufrago salvadoreño, 438 days y también se ha especulado sobre una película o una serie televisiva sobre su historia.



José Salvador Alvarenga (derecha) junto al periodista Jonathan Franklin, en Garita Palmera, de donde es originario. Franklin escribió un libro sobre la odisea del salvadoreño.