La actriz salvadoreña Emy Mena, de 24 años, originaria de San Miguel inició el año 2020 con mucha alegría, pues volvía al set de grabación de la serie dramática Coyote, un proyecto de la cadena Paramount que pensaba estrenar a medio año en Estados Unidos.

Sin embargo, otros fue su destino cuando se generó a alerta mundial por la epidemia del coronavirus. La producción fue pausada y ella tuvo que quedarse en Tijuana, México, ya que en El Salvador se había decretado el cierre de los aeropuertos.

Desde entonces la joven intérprete ha tenido que pasar en soledad su cuarentena, alejada de su familia. Ella misma cuenta cómo ocurrió todo, por medio de sus redes sociales

“Hace un mes, estaba emocionada y nerviosa arreglando maletas para venirme a México y seguir grabando otras escenas de la serie. El presidente habló de la cuarentena, y ya había bastante incertidumbre. Viernes 13, llegué a Tijuana después de una serie de obstáculos en el transcurso del día. Pudimos hacer prueba de vestuario en los estudios, y luego pausaron la producción. El Salvador ya estaba cerrado y me tocaba hacer cuarentena a mí solita por aquí”, escribió el 12 de abril, Emy, en su Facebook.

Eso sí, con el espíritu soñador y mente positiva que la caracterizan, la artista ha optado por mantener una buena actitud ante esta situación, lo cual no significa que no la haya pasado mal, pero ha logrado disfrutar y encontrar felicidad es las cosas más sencillas de la vida cotidiana, durante la cuarentena:

“Han pasado fechas festivas que, con dolor y alegría, nos unimos a celebrar desde las videollamadas. Descubrí que, al bailar, los días difíciles son digeribles. He llorado hasta sacar todo lo que estaba dentro. Me he reído hasta llorar. He salido de mi comodidad. He pensado y hasta he pensado de más. Siento miedo del juego político y me frustra ver que el virus no ve a quien le llega, pero el cuido sigue siendo igual de clasista. Me he sentido amada y trato de amar. Se me pasan los segundos viendo la pantalla, a veces sin ver nada realmente. Aunque me asusta ir al supermercado, disfruto sentir el sol, el viento y ver cómo cambia todo afuera cada vez que me toca salir”.



 










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Hace un mes, estaba emocionada y nerviosa arreglando maletas para venirme a México y seguir grabando otras escenas de la serie. El presidente habló de la cuarentena, y ya había bastante incertidumbre. Viernes 13, llegué a Tijuana después de una serie de obstáculos en el transcurso del día. . Pudimos hacer prueba de vestuario en los estudios, y luego pausaron la producción. El Salvador ya estaba cerrado y me tocaba hacer cuarentena a mí solita por aquí. . Increíblemente, ya pasó un mes. Han habido altos y bajos, pero el tiempo solo se esfuma. Y realmente he aprendido a disfrutar los minutos con todo lo que hago día a día. . No sé cuántas semanas más van a pasar, pero llegué ya al punto de habituarme a esta vida. ?. Aunque esté sin nadie físicamente, sola no me he sentido. Es muy hermoso sentir el calor del amor de quienes siempre han estado y quienes están ahora también ♥️. Estoy súper agradecida con la producción que me ha apoyado tanto en estos momentos de inquietud???. . Me muero por abrazar a quienes amo, salir a caminar, comer torrejas y todo. Pero hoy toca esperar, con serenidad, seguir siendo productiva, ir un día a la vez ??. Paula sabe que la cámara de fotos y yo, no hacemos match. Y aquí dejo una fotito que tomó afuera de su casa. Te agradezco mi @paurivera1 ?, sos maravillosa. . . . . #stayhome #quarantine


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61 días en Tijuana. Todos los días, vienen al balcón dos pajaritos pequeños. Por las mañanas, escucho a don Manuel preguntando si necesitamos limpieza. Entran y salen personas del hotel como si fuera vacación. Escucho gemidos en los cuartos de la par. Algunos días, hay llanto de bebés o algún niño berrinchudo, otra niña jugando afuera. La mayoría usa mascarillas, otras personas osan andar por la vida sin ninguna protección. Oigo conversaciones en inglés y en español, escucho sirenas y aviones todos los días. Han pasado fechas festivas que, con dolor y alegría, nos unimos a celebrar desde las videollamadas. Descubrí que al bailar, los días difíciles son digeribles. He llorado hasta sacar todo lo que estaba dentro. Me he reído hasta llorar. He salido de mi comodidad. He pensado y hasta he pensado de más. Siento miedo del juego político y me frustra ver que el virus no ve a quién le llega, pero el cuido sigue siendo igual de clasista. Me he sentido amada y trato de amar. Se me pasan los segundos viendo la pantalla, a veces sin ver nada realmente. Aunque me asusta ir al supermercado, disfruto sentir el sol, el viento y ver cómo cambia todo afuera cada vez que me toca salir. Hoy más que nunca he aprendido a vivir día a día, con la certeza de que todo pasará. Con la curiosidad de llegar a la noche y ver qué haré o no haré en la mañana siguiente.


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My first thanksgiving was a little bit like this ?? Thanks for an unforgettable day.


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