Alejandra Rivera inició como directora de expansión de comunidades de Let’s do it El Salvador, en 2011, pero su trabajo y consciencia por el cuidado del medio ambiente la llevaron a convertirse tres años después en la directora ejecutiva del movimiento, que ahora cobija a la Asociación Sumando Impactos donde funge como presidenta.

En su paso como directora de expansión de comunidades, Rivera logró expandir el movimiento a Santa Ana y San Miguel, a través de una alianza con la Universidad de El Salvador (UES) en occidente y de un colectivo de jóvenes en la “Perla de oriente”.

“De ahí teníamos otras áreas de desarrollo sostenible, de voluntariado, de mapeo y con las comunidades era identificar cuáles eran las fortalezas de éstas para poder implementar ahí las jornadas de limpieza. Por temas de sostenibilidad fue que nosotros decidimos reagruparnos y reformular cuál era la estrategia, porque también nos dimos cuenta que en El Salvador una jornada de limpieza puede tener un alto impacto, pero va a ser únicamente un primer llamado de atención, ya que el problema es más de fondo”, afirma.

Su constancia la llevó a ser parte de un grupo que reorganizó el movimiento y sus líneas de trabajo hasta llegar en 2014 a convertirse en la directora ejecutiva de Let’s do it en el país.

El movimiento, explica, nació en Estonia donde el 5 % de la población fue capaz de limpiar la mitad del país y liberarlo de los residuos sólidos. La acción tuvo resonancia a nivel mundial y personas de muchos países quisieron replicarla, fue así como nació el movimiento en El Salvador.

Desde la fundación de Let’s do it El Salvador, Rivera ha estado involucrada en el trabajo medioambiental de la mano de escuelas, unidades de salud, comités de turismo y alcaldías. Aunque se graduó de licenciatura en Comunicaciones en 2015, la salvadoreña se apasionó tanto en su labor a favor del medio ambiente que no ha dejado de estar involucrada en el movimiento.

Recientemente participó en una conferencia donde todos los movimientos de Let’s do it alrededor del mundo presentan los resultados y metas anuales. Actualmente, el movimiento desarrolla un proyecto piloto de composta familiar, con el cual pretenden que las mujeres tengan educación en diferentes espacios, puedan optimizar sus ingresos y de esta manera reducir un poco la brecha de la desigualdad, esa que para Rivera está enquistada, incluso, en el subconsciente de muchas mujeres que piensan “que solo los hombres tienen mayor conocimiento para opinar sobre un tema”.