Firpo fue quien pagó los platos rotos tras la eliminación de Alianza en la Liga de Campeones de Concacaf, al sufrir ayer una humillante goleada de 5-0 que reafirma el dominio de los albos en el ámbito doméstico, conservando el liderato y adjudicándose la mejor ofensiva a falta de una jornada para que concluya la primera vuelta del Clausura 2018.

Los dirigidos por el “Zarco” Rodríguez tomaron el control del partido desde el inicio, pero, bien aplicado defensivamente, el equipo usuluteco le impedía la progresión con sus líneas bien compactas, pese a las constantes embestidas del “Polaco” Marroquín por el sector derecho.

Esperó 20 minutos Alianza para abrir el marcador en el primer tiro a marco que tuvo, tras un pase filtrado de Marvin Monterroza para Juan Carlos Portillo, quien venció a Mario González con un toque al primer palo.

El equipo pampero respondió al 22’ con un tiro libre de José Barahona que rechaza de puños Óscar Arroyo, quien salía en lugar de Rafael García.

Luego, en un robo de Jonathan Jiménez por izquierda, quien fabrica pared con Marvin Monterroza, el lateral saca al portero para mandar el balón al fondo de la red con un tiro cruzado al segundo palo, que significaba el segundo para los albos antes de irse al descanso.

Ambos tantos llegaron por fallos defensivos en el flanco izquierdo del equipo usuluteco, por lo que eran predecibles las correcciones en ese sector para el segundo tiempo. Y estas se generaron, luego que “Cabrita” Portillo volviera penetrar por esa banda, dejando en el camino a Óscar Menjívar, y luego llegó tarde a la barrida Alonso Umaña, generando penal, pero falló el cobro José Puma Peña (56’), en quien había depositado la confianza el Zarco en el ataque.

Rápidamente reivindica Óscar Cerén, al 58’, en una contra mortal en la que define por abajo en un mano a mano con el portero.

Y al 85’ llegó el cuarto para los albos en una asistencia de Cerén para Monterroza, quien arrastra marca para para definir con un tiro cruzado. El tiro de gracia lo dio el reservista Ezequiel Rivas, al 88’, en una jugada individual por el centro que termina en un derechazo potente desde fuera de área.