La falta de infraestructura idónea y recursos afectan los esfuerzos de enseñanza en el Centro Escolar Caserío Santa Lucía, cantón Los Encuentros, en Ereguayquin, Usulután.

Las aulas funcionan con paredes y techos de lámina donde se encierran altas temperaturas, unos alumnos se desesperan y otros toman la opción de no asistir a clases debido al calor, dijo Rosa Clementina Márquez de Martínez, directora del centro de estudios.

Según la directora, son más de 70 alumnos los que asisten a clases de primera infancia, parvularia y primer ciclo, cuyas clases la reciben entre paredes y techos de lámina, sin condiciones adecuadas para su proceso de enseñanza y aprendizaje.

Según Márquez, el centro escolar no cuenta con los servicios básicos de agua y energía eléctrica, tampoco tienen servicios sanitarios; las dos aulas son pequeñas y cuando llueve el problema se agudiza por las goteras, según las maestras.

La maestra de primera infancia, los padres y los niños desde los tres meses a tres años, reciben sus clases de estimulación temprana bajo un inmenso árbol de laurel de la India.

El centro Escolar Santa Lucía funciona en una zona verde, propiedad de la alcaldía del municipio de Ereguayquin desde el año de 1996. La directora aseguró que ya son alrededor de veinte años que el Ministerio de Educación los ha marginado, a pesar de las solicitudes hechas.



“Hemos tenido problemas en las aulas, se ha mojado el material didáctico que tenemos para trabajar con los niños y se han dañado, porque no hemos tenido respuesta de las autoridades”, lamentó la docente.

Los niños que asisten al Centro Escolar del caserío Santa Lucía provienen en su mayoría de la Lotificacion El Castaño, barrio la Paz, aseguró la directora.

Santana Romero de Bernal, es otra de las maestras del centro escolar del caserío Santa Lucía, quien trabaja con los niños de primera infancia de cero a tres años. Son más de 12 niños los que asisten a clases y aseguró que se sienten frustradas cuando hay lluvia.

“No se puede trabajar, se suspenden las actividades, no hay una infraestructura digna bajo la sombra de un árbol imparto mis clases”, se quedó Julia Pineda, una madre de familia que tiene más de 10 años de residir en Santa Lucía.