El maestro que promueve el juego de pelota maya
El municipio de Aguilares es cuna de este juego ancestral, de hecho el sitio arqueológico Cihuatán posee dos canchas dedicadas a este actividad.
Rostros pintados con variedad de colores y formas, atuendos que asemejan la vestimenta de los antiguos mayas, y una riqueza histórica que se niega a morir, son algunas de las características del Juego Ancestral de Pelota Maya que se impulsa en el municipio de Aguilares por el profesor Santos Cresencio Villagrán, un docente de educación física, que de la mano de la historia y orgulloso de la cultura, ha promovido durante los últimos años este deporte a nivel escolar y municipal.
El municipio de Aguilares es cuna de este juego ancestral, de hecho el sitio arqueológico Cihuatán posee dos canchas dedicadas a este actividad, uno parcialmente excavado en el año de 1974 denominado "Juego de Pelota Poniente”, y el segundo, el que posee la excavación más completa llamado "Juego de Pelota Norte”.
El profesor Villagrán sabe muy bien sobre la historia de este deporte, y es por esto que se convierte en uno de los principales impulsores de este juego en la ciudad aguilarense, así surge Jaguares de Cihuatán, con un grupo de profesores de educación física que añoraban promover este antiguo deporte en este municipio del departamento de San Salvador.
Portando una camisa simbólica que plasma la frase "Juego Ancestral de Pelota Maya”, el profesor explica que Jaguares de El Salvador, de la cual forma parte junto con otros profesores del departamento de San Salvador, espera representar al país en la cuarta Copa del Mundo Maya en Mérida, Yucatán, en diciembre de este 2021, esto tras ya haber participado en dos mundiales, el primero en el 2017 en Guatemala, y el segundo tierra cuscatleca en el 2019.
Promoción a nivel municipal
Villagrán junto con otros profesores han llevado el amor por sus raíces a tal punto que en Aguilares se está construyendo una cancha especial para este juego de pelota, y esperan inaugurarla pronto.
Un aro vertical construido sobre la pared de un aula que es rodeada por simbología maya, es el claro ejemplo que esta motivación ha llegado hasta los estudiantes de educación básica del Centro Escolar Modesto Barrios, donde el profesor Villagrán imparte clases a más de 750 estudiantes. "Profe me presta la pelota para jugar en el aro” se escucha durante el receso de no más de 20 minutos de un grupo de alumnos.
El objetivo ahora es conformar 10 equipos en todo el municipio, en donde se representará a cinco escuelas de la ciudad en un torneo de pelota maya.
Amor por el deporte
Cada 22 de junio en El Salvador se celebra el día del maestro, y para el profesor Villagrán la docencia va más allá de enseñar, pues se debe vivir con los niños esa experiencia, si es posible "arrastrarse” con ellos haciendo los ejercicios para motivarlos.
Pero no todo en la vida de este docente ha sido sencillo, Villagrán recuerda como en la década de los 80, cuando inició sus estudios para convertirse en maestro, tenía el temor de ser reclutado en la Guerra Civil, es por esto que debían evadir ciertos caminos para no ser detectado, porque tenían más peligros al ser "estudiantes de educación física".
Sin embargo acepta que el fútbol "le salvó la vida” en más de una ocasión, pues su habilidad con la pelota lo llevó a ganar fama y jugar en equipos de tercera división, lo cual le funcionaba como salvoconducto para evitar represalias.
A pesar de que su primer empleo fue en 1988, en una escuela de Apopa, en 1992 Villagrán fue nombrado oficialmente por el Ministerio de Educación, sin embargo fue asignado al municipio de Sensuntepeque en Cabañas, y fue hasta el año de 1996 que se le envía a Aguilares, lugar donde residía, permaneciendo por 25 años en la escuela Modesto Barrios.
A lo largo de su carrera acepta haber aprendido muchas cosas, entre estos que la creatividad es indispensable para la profesión porque en ocasiones existen escuelas donde no se cuenta "ni con una pelota de plástico”, para impartir la clase es por esto que se recurre a hacer pelotas de papel, de calcetines, en lugar de conos colocar piedras o botellas llenas de tierra pintadas, todo con el propósito de impartir a los niños esa parte de la educación que les ayuda a liberar energía.
El último reto fue la educación física en épocas de pandemia, que llevó al profesor Villagrán a atender a sus alumnos a través de guías, los cuales debían enviar videos realizando los ejercicios.
Y cuando las clases semipresenciales regresaron surgió otro fenómeno, cada sección ya no debía recibir clases una vez a la semana sino que dos, esto debido al distanciamiento físico y a que las secciones están divididas en dos grupos.
A pesar de estos retos, y luego de 33 años entregado a educar niños acepta que sus mayores logros son ver triunfar a sus alumnos, la fundación de una escuela de fútbol municipal de la que fue un iniciador y la promoción del juego de pelota maya en el municipio.