Los habitantes piden al Ministerio de Salud se les acerquen los servicios. / Rosa Fuentes
Enfermarse en el caserío Las Casitas, cantón Cerro Bonito, San Miguel es un verdadero calvario, no solo por las afectaciones físicas que implica un padecimiento, sino porque los pobladores de esta comunidad no tienen una unidad de salud donde acudir.Ellos deben viajar hasta 19 kilómetros al centro de la ciudad para una consulta médica, en la unidad de salud de la colonia Carrillo, en San Miguel.En el caserío Las Casitas viven unas 300 familias y algunas como doña Iris Morales han gastado hasta $25 en transporte, cuando tienen una emergencia, para trasladarse a la unidad de salud."Para atender unaemergencia de noche, se llama a la PNC (Policía Nacional Civil). A veces nos apoyan, pero hanhabido ocasiones que no contestan o tienen el vehículo arruinado”, expresó Morales.Al igual que doña Inés Molina dice que pasar consulta por una enfermedad crónica se dificulta, porque no siempre tiene el dinero del pasaje $1 por ida y otro $1 por el regreso.Los habitantes de Las Casitas piden al ministro de Salud, Francisco Alabí, les abra una unidad de salud. Lamentaron que antes, un promotor los visitaba, pero después ya no regresó. "Hace un año había un promotor de salud, pero no sesaben las razones por lo que ya no regresó; esta persona ayudaba mucho con loscontroles prenatales, vacunaba los niños y mujeres embarazadas”, dijo DavidMorales, presidente de la Asociación de Desarrollo Comunal (ADESCO), delcaserío Las Casitas.Don José Arnulfo López expuso que están dispuestos a buscar un terreno para construir un centro de salud, y al menos, buscan que les acerquen los servicios a través de brigadas médicas "que serían de gran ayuda, en estos momentos”.Actualmente, la preocupación de los habitantes es el incremento de casos de fiebre y diarreas, puesto que a 500 metros de la comunidad hay un relleno sanitario, que en época lluviosa causa mucha presencia de moscas y zancudos.
No quieren atenderles.
La pandemia agudizó la situación en el cantón y las madres de familia han perdido las citas de vacunaciones de sus bebés, por laslimitaciones económicas y el temor a contagiarse de covid-19. El presidente de la Adesco señala que hay familias que tienen entre cinco y ocho niños.Las mujeres relatan que las embarazadas han tenido que dar a luz en sus casas por falta de transporte para movilizarse al hospital y cuando logran llegar a la unidad de salud de la colonia Carrillo, aseguran que no quieren atenderles, porque no viven en la zona aledaña a la unidad. "Si el paciente que está citado no llega a laconsulta entonces si se les recibe de lo contrario no recibe asistencia médica”, dijo el presidente de la Adesco.