En colonia Jardines de Bolonia colapsó una de las paredes del rastro municipal, con lo que once viviendas se inundaron por completo y un habitante fue arrastrado por la correntada por el desbordamiento de la quebrada El Tiscuco. Foto: Cortesía
La colonia Jardines de Bolonia
fue duramente golpeada por las fuertes lluvias de la noche del sábado, que inundaron varias calles de esta ciudad de San Miguel.En la zona colapsó una de las paredes del rastro municipal, con lo que
once viviendas se inundaron por completo y un habitante fue arrastrado por la correntada por el desbordamiento de la quebrada El Tiscuco.Aracely Rosales, una de las habitantes de la colonia Jardines de Bolonia, manifestó la fuerte correntada fue un susto inesperado que bajó del rastro municipal e hizo colapsar la quebrada, por lo que
la pared de concreto de unos 3 metros de altura cedió, afectando a los habitantes. El alcalde Miguel Pereira, que visitó a las familias afectadas, indicó que la persona arrastrada por la creciente fue rescatada minutos después por Bomberos, y está recibiendo atención médica.Pereira también manifestó que las once familias han perdido todas sus electrodomésticos pero "gracias a Dios no hay vidas humanas que lamentar”. Pereira aseguró que el muro colapso por la mala construcción y los materiales que utilizaron.
InomunicadosDos cantones
quedaron incomunicados al colapsar la calle de tierra que los une, se trata de La Puerta y Monte Grande, de San Miguel.José Agustín García habitante del cantón La Puerta, manifestó que la correntada de agua, lodo y piedras que bajo del volcán Chaparrastique partieron la calle, y que el problema es que, cada vez que llueve, y asegura que por el momento se construyan muros de construcción a ambos lados.El alcalde Miguel Pereira hizo un llamado a los pobladores, especialmente a los transportistas, a que
no circulen por la calle que una a ambos cantones, por el riesgo riego de caer en la cárcava.
Dos cantones quedaron incomunicados al colapsar la calle de tierra que los une, se trata de La Puerta y Monte Grande, de San Miguel. Foto: Cortesía