Los migueleños podían permanecer una hora al interior del camposanto, por restricciones de la pandemia. / Rosa Fuentes.
Los protocolos de bioseguridad en el cementerio de la ciudad de San Miguel, para muchos fue un dolor de cabeza que provocaron largas filas para entrar al camposanto.Toma de temperatura, desinfección de manos y calzado, la mascarilla y el distanciamiento social fueron los protoco exigidos a los asistentes al camposanto.A su vez, debían permanecer solo una hora al interior del cementerio, para ello el Cuerpo de Agentes Municipales entregaba un ticket donde anotaban la hora de ingreso, y revisaban cuadro a cuadro, para que las personas respetaran la restricción de tiempo máximo.Los alrededores del camposanto fueron cerrados para garantizar la seguridad de las personas que llegaron a enflorar a sus parientes fallecidos.
Recuerdos y música
Ya adentro, en algunas bóvedas sonaban las canciones con las que recordaban a sus fieles difuntos.Un mariachi tocó varias canciones delante de la tumba del suegro de Rosa María Amaya, ubicada en el cuadro ocho, del Cementerio General de San Miguel. Al son de las canciones ‘Viejo mi querido viejo’ y ‘Amor eterno’, rindieron tributo al padre de su esposo, fallecido hace siete años.Además de la música, doña Rosa María adornó la sepultura de su suegro con cuatro arreglos de rosas rojas, amarillas y blancas por ser estas las favoritas de su suegro, a quien recuerda como el ser que enseñó al padre de sus hijos a respetar a su prójimo y enfrentar la vida con valentía y humildad. Al igual que Rosa María, decenas de migueleños abarrotaron el Cementerio General para llevar arreglos florales y música a sus seres queridos, durante uno de los feriados más populares del año, cuando se festeja a los fieles difuntos.
Comercio
Dicha fecha también fue aprovechada por los comerciantes de flores naturales y artificiales que se instalaron en los alrededores del parque frente al camposanto.Una de las vendedoras que colocó su negocio de flores, en la acera frontal del cementerio fue Iveth González, de 37 años.La mujer puso su venta desde el viernes para ofrecer sus arreglos naturales y artificiales a precios que oscilaban entre los $15 a $35, mientras que los manojos se flores de diferentes tipos tenían costo de entre los $3 a $6."Todos los años vengo a vender afuera del cementerio, para el Día de las Madres y de los Difuntos. Es cuando viene más gente y nos compran nuestros productos. El resto del año me dedico a labores del hogar y a vender fruta en el mercado", dice la mujer.También los militares de la Tercera Brigada de Infantería honrraron a sus muertos colocandoles banderas con los colores de El Salvador a todos los héroes caídos en combate durante la guerra civil.