El ministro aseguró que se ajustarán los protocolos de fallecidos por covid-19.
Ante la polémica de no dejar que familias se acercaran a los nichos a enflorar a sus parientes fallecidos por covid-19 el pasado 2 de noviembre, el ministro de Salud, Francisco Alabí, reconoció ayer que los fallecidos por esta enfermedad que han sido enterrados ya no transmiten la enfermedad."En efecto, no existe diferencia en poder realizar las actividades del 2 de noviembre de enflorar a una persona que tenga o no covid, un paciente que ya está enterrado pues no tiene manera de transmitir la enfermedad y sobre todo, decirle a la población que vamos a ser todo lo necesario por ajustar los protocolos, y que este tipo de inconvenientes no lo puedan tener”, explicó ayer durante la entrevista Frente a Frente de TCS.Alabí aseguró que se hará "todo lo necesario” para ajustar los protocolos de este tipo para no causar inconvenientes.El ministro indicó que no existe diferencia entre las actividad del Día de los Difuntos si la persona fallecida tenía o no covid.Agregó que se pueden llevar flores a las tumbas, pero que es necesario ejecutar el protocolo de bioseguridad, para "no exponerse”, y aseveró que "siempre pueden existir dificultades a la hora de implementar estrategias”.
El protocolo.
"Los lineamientos técnicos para el manejo y disposición final de cadáveres de casos covid-19” fue publicado el 8 de junio del 2020 por el Centro Virtual de Documentación Regulatoria del Ministerio de Salud, en su tercera edición, y desde ese momento, casi 17 meses después, no ha sido modificado o actualizado.En el documento se establece que "los cadáveres de casos de covid-19, constituyen un riesgo sanitario de tipo profesional, para el personal responsable del manejo y disposición final de cadáveres, así como para el conjunto de la población; por esa razón es necesario tomar las medidas de precaución, debido a que constituyen un riesgo biológico para las personas que entran en contacto directo con ellos”.Los lineamientos restringen procedimientos como autopsias, necropsias, viscerotomias, prácticas de embalsamamiento, y tanatopraxia. Además, se prohíben rituales fúnebres, velaciones, actos religiosos y abrir el ataúd. Para el infectólogo, Iván Solano Leiva, esta acciones eran válidas al inicio de la pandemia, cuando se desconocía mucho sobre el virus, pero ahora no es aceptable."Ayer (martes) se hizo viral, en Twitter vimos que a los familiares de pacientes que habían fallecido por covid en los cementerios no se les permitía estar, ni siquiera ya después de fallecido, no sé cuanto tiempo de fallecido su familiar y que fueran a visitarlo a la tumba. Eso es completamente ridículo, hoy en noviembre del 2021, además afecta la salud mental del familiar”, indicó el médico en una entrevista radial.Solano Leiva explicó que una persona que falleció ya no es capaz de transmitir la enfermedad, y que el virus puede ser viable entre 12 y 24 horas, siendo más probable la infección en un velorio por los asistentes que por el cadáver del familiar.Al respecto el salubrista y epidemiólogo salvadoreño, Wilfrido Clará, ha expuesto en constantes ocasiones este problema, señalando que el mayor desafío en relación con las velaciones de fallecidos por cualquier causa sería minimizar el riesgo de transmisión, a través de abrazos o aglomeraciones, aclarando que no es exclusivo para covid-19, "la estigmatización de fallecidos covid-19 es injusta” acotó en un comentario.