El entierro tuvo lugar ayer por la tarde en el cementerio municipal de Ahuachapán. / Cortesía


Custodiado por soldados del Destacamento Militar de Ahuachapán fue trasladado ayer el cuerpo de Julio César Contreras, desde su casa hacia el cementerio municipal, luego de fallecer repentinamente el pasado 27 de marzo en el Hospital Nacional General de Neumología y Medicina Familiar Dr. José Antonio Saldaña.

Contreras, quien tenía 82 años, ingresó al país el pasado 14 de marzo acompañado de su nieto, Luis Márquez, de 28 años. Ambos llegaron procedentes de Brasil, tras un vuelo con escala en México.

“Cuando llegamos nos sometimos voluntariamente a la cuarentena, todo iba bien hasta que en el día 20 de este mes mi abuelo presentó síntomas de fiebre”, recordó Márquez.

Como cualquier otra persona que registra fiebre alta u otro síntoma relacionado con una infección respiratoria, el abuelo de Márquez fue trasladado al hospital Saldaña, ubicado en la calle a Planes de Renderos, para recibir la atención necesaria.

“A mi abuelo se lo llevaron por un proceso viral común, eso me dijeron en el albergue”, afirmó Márquez.

Al ingresar al país, el 14 de marzo, los dos fueron llevados a la cancha del Instituto Nacional de la Juventud (Injuve) de la colonia Zacamil, en Mejicanos.

En ese centro de contención, también llamado albergue, permanecieron juntos cumpliendo la vigilancia durante seis días, tiempo en el cual Márquez informó a las autoridades sanitarias que su abuelo era diabético.

“El cuadro de mi abuelo lo mandaron al hospital, sabían que era diabético, pero no le dieron la asistencia médica adecuada, porque ahí estuvo dos o tres días en abandono prácticamente”, mencionó Márquez.

El nieto aseguró que a su abuelo le realizaron la prueba para confirmar si tenía o no coronavirus, pero el examen salió negativo.

“Yo hablaba con él todos los días y me decía que no lo atendían, que solo le daban una pastilla en la mañana y otra en la tarde, nada más”, precisó.

Señaló que el proceso viral no fue tratado y por eso el cuadro de salud de su abuelo se complicó en el nosocomio, donde también se encuentran pacientes con problemas respiratorios.

“Cuando él se fue solo tenía calentura, pero no le trataron eso como se debía, entonces dejaron que se complicara la diabetes y tuvo una descompensación de la diabetes y eso generó todo el problema prácticamente, pero por pura negligencia médica”, sostuvo.

Tras siete días en el hospital, Contreras falleció el pasado 27 de marzo, pero su cuerpo fue entregado hasta el 29 del mismo mes.

“A mi abuelo lo velaron en Ahuachapán y el entierro es hoy (ayer) por la tarde”, dijo Márquez con mucha pena.

Julio César Contreras era transportista, había viajado a Brasil con su nieto precisamente para cumplir actividades relacionadas a su trabajo.

Su cuerpo fue velado el pasado domingo en Ahuachapán, ciudad de donde era originario, y sus restos fueron trasladados ayer por la tarde al cementerio general del municipio, escoltados por elementos de la Fuerza Armanda.

Con mascarillas o sin ellas, muchas personas acompañaron ayer a la familia en el camposanto.

Tras el fallecimiento, Márquez pidió a las autoridades que le permitieran salir “para darle cristiana sepultura” a su abuelo; sin embargo, no lo autorizaron.

“El sistema de salud mató a mi abuelo y el mismo sistema no me quiere dejar salir para ir a sepultarlo”, lamentó el joven, quien aseguró que Contreras había sido más que su abuelo, su padre.