Con un escenario exótico como Bakú, la capital de Azerbaiyán, Chelsea y Arsenal, en un clásico londinense, juegan hoy la final de la Europa League, sin un claro favorito, entre el tercero y el quinto de la última Premier.

Antes del choque entre Liverpool y Tottenham en Liga de Campeones, el sábado en Madrid, la conquista inglesa de Europa comienza de este modo a casi 4.000 km del Big Ben.

Azerbaiyán verá desfilar a ejércitos de aficionados, más interesados en el segundo trofeo continental que en los campos de petróleo de Azebaiyán.

Por un lado, los Blues sueñan con ofrecer un último título a su estrella belga Eden Hazard, que puede irse al Real Madrid, después de siete fructíferos años.

En el otro, los Gunners que, para recuperar el brillo perdido, deben ganar para clasificar a la próxima Champions, tras ser solo quintos en la Premier. Al frente de ellos su entrenador, el español Unai Emery, experto en ganar la competición, que logró tres veces con el Sevilla.

 

Presión para Emery

Emery se juega mucho ya que la presión está sobre su equipo, al que una derrota condenaría a un año suplementario de transición, cuando sus rivales del oeste de Londres ya han alcanzado uno de los objetivos, clasificándose para la Liga de Campeones con su tercer puesto en la Premier. Pero este título haría entrar al técnico vasco en la historia del Arsenal.

Ha regenerado a un equipo acostumbrado a perder en el continente, con un solo título de la Recopa de Europa en 1994.

Tras las finales perdidas de Europa League en 2000 y en la Champions en 2006, Arsenal vuelve a la escena europea, y sus aficionados de Londres y también de la cercana Asia, viajan a Bakú esperanzados, sobre todo también porque la victoria les clasificaría para la próxima Liga de Campeones.

Duda sobre Kanté

El entrenador italiano del Chelsea, Maurizio Sarri, dispone de uno de los mejores jugadores del mundo en este momento, el belga Eden Hazard, que realizó su mejor temporada con 16 goles y 15 asistencias en la Premier y que sueña con ganar una segunda Europa League, tras la lograda en 2013, antes de irse probablemente al Real Madrid.

La única duda en el Chelsea es la presencia de N’Golo Kanté, con molestias en los isquiotibiales.

No habrá el ambiente esperado en cuanto a aficionados, cuando muchos se echaron atrás ante el precio de los billetes a la lejana Bakú.

Según la prensa inglesa, los dos clubes han devuelto la mitad de las 12 mil entradas que les correspondía a cada uno.