La Plaza GerardoBarrios, frente a Catedral Metropolitana, lucía desolada el último día de Semana Santa / Óscar Machón

Las calles de San Salvador que conducen a la Catedral Metropolitana lucen vacías en la celebración más importante del año para los feligreses. El Salvador, de profundo fervor y tradición católica, vivió la Semana Mayor y la Pascua de Resurrección aislado, por la cuarentena para prevenir la COVID-19.


“Aunque ha sido una celebración muy particular en su forma, al hacer todos los actos litúrgicos en privado, sin la presencia de fieles a causa de la pandemia; hemos visto la gran participación de los fieles desde sus hogares y con tanta fe”, aseguró el Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, a través de una conferencia en línea.




La imagen de Jesúcristo fue expuesta en Catedral, bajo llave / Óscar Machón

Párrocos de todo el país, aseguró, llevaron la imagen de Jesús resucitado por las calles cercanas a sus Iglesias; mientras los feligreses levantaron altares con manteles blancos, que según la liturgia católica, simbolizan la vida después de la muerte.


Desde el Domingo de Ramos hasta el Tríduo Pascual, las procesiones y pequeñas cofradías quedaron sin fieles. Las calles, antes atestadas en esta época, dejaban considerables ingresos a María Elida Rosas, vendedora informal del Centro Histórico de San Salvador.




Gerardo Martínez, acude al atrio de la Catedral Metropolitana./ Óscar Machón

“Yo vendo agua en las procesiones, pero hoy no hay nadie en la calle”, asegura. Un costal con papel higiénico sustituye su venta más popular: bolsas con agua de $0.15, que se venden aún más durante la Semana Santa, cuando miles de feligreses caminan horas bajo el sol.


Otros como Gerardo Martínez esperaban los residuos de latas y plástico que dejan los fieles en la procesión para reciclar y generar ingresos para sobrevivir en la cuarentena. Gerardo duerme en los portales que rodean la Catedral Metropolitana de San Salvador, a veces la Iglesia El Carmen.


Debido a que no cuenta con una casa y no paga recibo de energía, no puede recibir el subsidio de $300 que prometió el Gobierno para los más vulnerables durante la pandemia.


 

El atrio de la iglesia San Francisco en San Salvador. / Ó.M.


 

La Familia Paredes-Peñate en el barrio La Vega de San Salvador. / Ó.M.