La vacunación ha empezado a avanzar de manera importante esta semana y empieza a verse una luz de esperanza de que podremos superar la pandemia, recuperar progresivamente la normalidad y buscar cómo encontrar un camino para la recuperación económica del país.

Esta semana se divulgaron las previsiones de crecimiento de la economía de El Salvador hechas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que indican que el país, al final de 2021, recuperará un 42 % de la actividad económica que perdió en 2020. Es decir, el país tiene que trabajar duro aún para recuperar ese 58 % perdido el año de la pandemia y eso implica que hay que diseñar una estrategia de recuperación que atraiga las inversiones nacionales y extranjeras que el país requiere para poder generar empleos, recaudar mayores impuestos e ir cerrando la dura brecha del déficit fiscal.

El Salvador puede generar oportunidades a la inversión y aunque está claro que tenemos problemas, es evidente que aspectos como la seguridad pública han ido mejorando. Pero se necesita sobre todo certidumbre, predictibilidad, seguridad jurídica, el respeto al Estado de Derecho y a una justicia independiente para ser atractivos a los empresarios nacionales y extranjeros.

Durante las últimas décadas hemos vivido un círculo vicioso de pobreza, migración y subdesarrollo que hay que sustituir por una ciclo positivo que atraiga inversiones, genere empleos, de estabilidad política y económica a El Salvador y detenga la tentación de huir en busca de oportunidades y seguridad que no se encuentran en el país. Es responsabilidad primordial del Gobierno crear ese clima de negocios para que los empresarios privados que apuestan por el país, sigan haciéndolo con mayor confianza y certidumbre. La fórmula está ahí, hay que ejecutarla para encontrar el camino a la prosperidad y el desarrollo.