La semana anterior se declaró por la Organización Mundial de la Salud-OMS al COVID-19 como una pandemia, por los reportes de casos positivos oficialmente alrededor del mundo, y con al menos 127,863 personas infectadas, 4,718 personas que habían perdido la vida. Las cifras, datos, estadísticas, indicadores y más son alarmantes.

En este avance mundial que ha tenido el virus en dos meses completos existen algunas ventajas que al COVID-19 le han permitido impactar vidas y economías en el mundo como las siguientes:

  • La mayoría de países incluyendo del denominado primer mundo no tomaron medidas de planificación, consideraron que no les afectaría y sus disposiciones iniciales fueron timoratas, a pesar que rápidamente se tenia información de la ciudad de Wuhan (China)

  • Otros países esperaron y siguen esperando casos confirmados, hasta que han tenido el primer caso detectado iniciaron medidas y acciones, subiendo de intensidad. Mientras llegó ese primer caso oficial ya se había expandido a otras regiones o zonas dentro de esos países. Existen muchos casos de evidencia, pero me recuerdo de Brasil que en menos de 12 horas después de anunciar su primer caso positivo alcanzó 60 casos.

  • Otro grupo de países priorizaron la economía, sus indicadores financieros y macroeconómicos sobre la vida de sus habitantes, lo que generó retrasos a las autoridades por diferentes tipos de presiones. Lo cual le facilitó tiempo al COVID-19, cuando vinieron a reflexionar se encontraron con modernos sistemas de salud colapsados.

  • Mucho se ha hecho énfasis a nivel mundial sobre personas con síntomas, pero muy poco, por no decir nula información sobre personas “asintomáticas” pero que son portadoras del virus. Muchas de estas personas ingresaron a los países sin ningún control o evadiendo proporcionar información.

  • Algunos ciudadanos esperaban siempre, y lo siguen haciendo signos y síntomas relacionados con secreciones nasales, dolor de garganta, por el contrario su gravedad está en los pulmones.


En El Salvador hemos tenido disposiciones y medidas por el gobierno que hasta la semana anterior le respaldaban sus decisiones al no tener un caso reportado; pero si pudimos observar como el pánico ejerció efecto en miles tomando decisiones que no estaban relacionados al coronavirus, somos una sociedad muy dada a creer noticias falsas, la “rumorologia” se impone en muchos casos.

Tenemos otra serie de factores que pueden favorecer el contagio como son aspectos socios culturales que nos afectan como falta de hábitos de higiene personal a diario, por eso hay que seguir insistiendo en el lavado de manos con agua y jabón, no es una tarea fácil pero podríamos lograr grandes avances.

Finalmente y es vital una alta dósis de unidad Nacional de todos, en primer lugar de los presidentes y funcionarios de los órganos fundamentales del Gobierno: legislativo, ejecutivo y judicial, todas las Alcadías, Colegio Médico y todas sus Asociaciones, autónomas, gremiales empresariales, universidades, ONG, y la ciudadanía. No podremos continuar la contención y retraso del virus, y mucho menos si se registran casos, en contienda, con visiones partidarias o electorales, o peor por indiferencia. Es momento de ayudar y de servir. En los trabajos, en la comunidad, en la Iglesia, con los vecinos y donde podamos debemos ser de influencia, busquemos la unidad de El Salvador en beneficio de todos y todas.