El Banco Mundial estima que la recuperación de la actividad económica puede cerrar las brechas de pobreza, inequidad y un proceso de producción más verde. / DEM


El Banco Mundial se mostró preocupado por el impacto que tendría la pandemia en las condiciones económicas de los hogares en Centroamérica y prevé que uno de cada tres centroamericanos que ahora viven en condiciones de vulnerabilidad pueda caer en pobreza.

“Tenemos una preocupación del corto al mediano plazo de qué va a pasar con los más pobres”, indicó Seynabou Sakho, directora del Banco Mundial para Centroamérica, durante un conversatorio desarrollado la tarde de este martes por la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

“Sabemos que tenemos muchos vulnerables (personas), uno de cada tres centroamericanos vive en situación de vulnerabilidad, quiere decir que pueden caer más en la pobreza porque tiene un shock (impacto); y en nuestro trabajo con SICA, este shock era más de desastres pero ahora este COVID-19 puede empujar a esta situación de pobreza”, sumó Sakho.

La institución financiera prevé que la región Centroamérica sufra una contracción de -3 % en 2020 por el impacto de la pandemia, luego de venir de tasas entre 2 % y 3 % en los últimos años, sin incluir a Nicaragua. Si bien la actividad económica avanzaba por arriba del promedio de América Latina y el Caribe, indicó la directora, era un “crecimiento modesto” porque “todavía tenemos mucha pobreza e inequidad”.

Aunque el multilateral prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) regional crezca en 2021, aún “hay mucha incertidumbre en el mundo” sobre cómo será la recuperación económica. De momento, los gobiernos de la región deben garantizar que “lo que se hacen en el corto plazo pueda, por lo menos, asegurar las bases de tener una recuperación sana”.

Diferentes análisis económicos advierten en el incremento de las precariedades de los hogares durante la crisis. Para El Salvador, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prevé que el número de pobres aumente en 600,000 personas. En tanto, una estimación de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) indica que unas 100,000 y 110,000 familias caerían en estas condiciones.

En El Salvador ya hay 537,826 hogares -en los que residen 2.2 millones de personas- que viven en pobreza y representan el 28.8 % de los hogares, según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de 2018. Estas personas tienen privaciones en cuanto a educación, condiciones de vivienda, trabajo, seguridad social, acceso a alimentos y servicios básicos.

La directora del Banco Mundial también indicó que “están en discusión” de incluir a los países de renta media, donde se ubica El Salvador, para otorgar una moratoria en los compromisos de deuda pública. La institución junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) solicitaron un alivio fiscal para las naciones más pobres para liberar fondos en la lucha contra el coronavirus.

A mediados de abril, el G20 dio su aval a la para suspender el servicio de la deuda de los países más pobres del mundo por 12 meses, incluyendo a Nicaragua y Honduras. “Va a tomar su tiempo, la idea era empezar con los más vulnerables y pobres porque no pueden esperar. No sé el resultado, pero se está discutiendo”, agregó Sakho.

 

Pobreza en El Salvador

 

Pobreza monetaria

Se clasifica en extrema y relativa, utilizando como parámetro el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) per cápita. En la pobreza extrema están los hogares cuyos ingresos no le permiten alcanzar la CBA y es el 30 % de la población; en tanto, al pobreza relativa incluye a las familias que no pueden comprar la CBA ampliada (dos veces la CBA) y presenta el 5.7 %.

 

Pobreza multidimensional

Mide las privaciones de los hogares de condiciones esenciales para el bienestar, tales como educación, vivienda, servicios, etc. En El Salvador hay 2.2 millones de personas que viven bajo este umbral, de los cuales el 17.1 % está en el área urbana y el 48.9 % en la rural. Los departamentos más pobres son Ahuachapán (50.1 %), La Unión (42.8 %) y Morazán (42.1 %).