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La Paz cumplió ayer una semana paralizada por vigilias, bloqueos de calles y el cierre de oficinas públicas y comercios, mientras sus habitantes se organizaban ante el temor de un incremento de la violencia dos días después de la renuncia del presidente Evo Morales.


Grupos violentos, supuestamente ligados al partido izquierdista del renunciado presidente indígena, saquearon y quemaron comisarías policiales en La Paz el lunes en la noche, en represalia porque los uniformados se amotinaron el viernes para no reprimir a los manifestantes opositores que exigían la renuncia de Morales.


Estos grupos también volcaron su ira sobre propiedades de la alcaldía de La Paz, en manos de adversarios de Morales, como la subalcaldía de Mallasa, en el sur de la ciudad, y vecina al zoológico, y el sitio turístico Valle de la Luna.


Ante el temor de más violencia, grupos de vecinos se organizaron en rondas y bloquearon el ingreso a sus calles con todo tipo de objetos, como sillas, neumáticos, contenedores de basura, piedras, alambre de púas y palos.


También quemaron neumáticos y madera en medio de las calles.


En tanto, campesinos mantenían bloqueadas las rutas de ingreso a la ciudad, sede del poder político de Bolivia, y no permiten el paso de ningún vehículo, observaron periodistas de la AFP.




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Áñez asume el poder


En medio de este panorama, la senadora derechista Jeanine Áñez se proclamó ayer presidenta interina de Bolivia, en una sesión legislativa sin quórum reglamentario, alegando “la necesidad de crear un clima de paz social” tras la renuncia de Morales.


“Queremos convocar a nuevas elecciones lo más pronto posible (...), con autoridades probas, de mérito, de capacidad, que sean independientes”, señaló Áñez en un discurso, ante un pleno del Congreso al que sólo asistieron legisladores contrarios a Morales, que son minoría.


Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, se había proclamado momentos antes presidenta de la cámara alta, ante la ausencia de su titular y de su primer vicepresidente, supuestamente asilados en la embajada de México en Bolivia.Su proclamación como la 66a. gobernante de Bolivia fue avalada poco después por el Tribunal Constitucional.


Áñez debe elegir ahora a su gabinete y llamar a nuevas elecciones en un plazo no mayor a 90 días. Al asumir prometió acelerar los tiempos de manera que Bolivia cuente con nuevo gobierno el 22 de enero de 2020.




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Irregularidades graves


La Organización de Estados Americanos (OEA) difundió ayer el resumen del informe preliminar de la auditoría que realizó de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 20 de octubre en Bolivia, que confirma “irregularidades”, algunas “muy graves”, tal y como avanzó durante el fin de semana su secretario general, Luis Almagro.


El equipo técnico de la OEA precisó que en el componente informático se descubrieron fallas “graves” de seguridad, tanto en transmisión, como en el cómputo final. En particular, se señala una “clara manipulación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP)”, que afectó tanto a los resultados como al cómputo final.


Tras conocer el informe, la mayoría de los 35 países de la OEA pidieron ayer la realización lo antes posible de nuevas elecciones en Bolivia. En dos declaraciones diferentes, una veintena de naciones urgieron al fin de la violencia y al respeto por el orden constitucional para superar la crisis en Bolivia, en la primera reunión del bloque regional tras la dimisión de Morales.




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Evo Morales: “Mientras tenga a vida seguimos en política”

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, dijo ayer al llegar a la Ciudad de México, en calidad de asilado político, que “seguirá la lucha”, y que solo habrá paz en su país cuando haya “justicia social”.


“Gracias a México, a sus autoridades, pero también quiero decirles que mientras tenga la vida seguimos en política, mientras esté en el tren de la vida sigue la lucha, y estamos seguros que los pueblos tienen todo el derecho de liberarse”, dijo en una primera declaración en el hangar del Ejército en el aeropuerto internacional de Ciudad de México. “No por este golpe voy a cambiar ideológicamente”, añadió.


Morales fue recibido por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien dijo que “el día de hoy es un día de alegría” y aseguró que el expresidente boliviano gozará en México de “libertad, seguridad, integridad y protección de su vida”.


Por otra parte, Morales consideró que la “autoproclamación” de la senadora Jeanine Añez como nueva presidenta interina del país constituye la consumación del “golpe” en su contra.


“Denuncio ante la comunidad internacional que el acto de autoproclamación de una senadora como presidenta viola la CPE (constitución) de Bolivia y normas internas de la Asamblea Legislativa. Se consuma sobre la sangre de hermanos asesinados... para el golpe”, dijo Morales en Twitter.