El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dijo este martes en Nueva York que en la reunión que sostendrá mañana con su homólogo estadounidense, Donald Trump, intentará que ambos busquen una solución para los 195,000 salvadoreños amparados al programa de Estatus de Protección Temporal (TPS), que finaliza el próximo 2 de enero.

Bukele, quien viajó ayer a Estados Unidos para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas, calculó que además de los 195,000 compatriotas con TPS, otros 200,000 salvadoreños que han nacido en Estados Unidos también se verían afectados con el fin del programa.

"Definitivamente hay algo apremiante no solo para los 195,000 salvadoreños que gozan de TPS, sino también sus 200,000 hijos menores de 18 años que son ciudadanos estadounidenses que serían afectados de facto por el término del TPS. Si expulsan a sus padres, aunque ellos no serían expulsados, mucho sí serían expulsados de facto, digamos si el padre está protegido por el TPS y la madre no, y si expulsan al padre, entonces perdería a unos de sus padres, se separaría de uno de sus padres", señaló.

Ante esta situación, dijo que trabajarán con Estados Unidos para encontrar alternativas para que los salvadoreños con TPS no sean deportados ni separados de sus familias.

"Hay varias alternativas que están ahí y yo esperaría que busquemos una alternativas para que no sean deportados estas 400,000 personas. Ni los 195,000 salvadoreños apegados legalmente al TPS, que son gente que además ha pagado impuestos, que ha vivido legalmente por 18 años por lo menos, muchos de ellos han vivido mucho más tiempo en Estados Unidos y 200,000 ciudadanos norteamericanos han nacido aquí en Estados Unidos, es decir es es una solución que ambos países tenemos que buscar. Pero es más fácil buscarla desde el punto de vista de la amistad que buscarla desde el punto de vista de la enemistad", manifestó.

Adelantó que además del asunto migratorio, en el encuentro con Trump abordarán temas de seguridad y económicos, pero, señaló, que lo importante será fortalecer los lazos de amistadad, los cuales recordó se vieron afectados por decisiones de los gobiernos salvadoreños anteriores.



"Lo más importante de mañana es fortalecer nuestra alianza, nuestra sociedad y nuestra amistad con Estado Unidos que se erosionó durante una década. Recordémonos que durante una década gobernó en El Salvador, un partido que en sus mítines tenía pancartas que decían yankee go home. El apoyo constante al régimen de Maduro en Venezuela a Ortega en Nicaragua, generó esa división entre El Salvador y Estados Unidos", reprochó.

Sostuvo que a El Salvador no le conviene tener una mala relación con el gobierno de Estados Unidos, ya que miles de salvadoreños residen en ese país. "El país debe de trabajar de la mano con Estados Unidos y mañana lo que vamos a fortalecer es eso", afirmó.