Si bien los resultados electorales permitirán romper el “estancamiento político” entre el Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, para las agencias de riesgo soberano Fitch Ratings y Moody’s Investors Rating la concentración del poder también pone en riesgo que se debiliten los controles de transparencia y equilibrios de poder.

Los resultados preliminares de las elecciones para diputados y concejos municipales del domingo 28 de febrero dejarían a Nuevas Ideas con la mayoría en la Asamblea Legislativa, un partido afín al presidente de la República Nayib Bukele.

Estos resultados rompen el estancamiento político entre el poder Ejecutivo y el Legislativo que dominó al país por varias décadas. Incluso por disputas entre ambos órganos el país cayó en impago en 2017 luego que el Gobierno no pudiera honrar los compromisos previsionales al no presupuestarlos, pero cuando pidió una reforma al presupuesto los diputados se opusieron.

Con la mayoría de diputados a favor del Gobierno se podrá modificar el presupuesto 2021 y aprobar la emisión de deuda a largo plazo sin tener que negociar con la oposición porque con la concentración de poder se ha disminuido la confrontación política, afirmó ayer Moody’s en un análisis.
“Si bien la elección podría mejorar la capacidad del Gobierno para implementar decisiones, puede debilitar los controles y equilibrios”. Fitch Ratings, Comunicado

Sin embargo, la calificadora advirtió que “la transparencia y el riesgo de corrupción aumentarán a medida que se debiliten los controles y equilibrios”.

Similar postura compartió el martes Fitch Ratings, quien reconocía que “si bien la elección podría mejorar la capacidad del Gobierno para implementar decisiones políticas, puede debilitar los controles y equilibrios institucionales”.

 

Esperan ajuste fiscal.


Antes de celebrarse las elecciones el mercado de inversionistas reaccionó a la espera que ahora que el Ejecutivo tiene la mayoría de votos pueda concretar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para ordenar las finanzas tras la pandemia.

“Esperamos que el Gobierno pueda implementar planes de ajuste fiscal y les resulta más fácil obtener la aprobación de las reformas, que posiblemente incluyan operaciones de gestión de pasivos para retirar costosas deudas a corto plazo”, añadió Moody’s.

La agencia, que recientemente degradó la perspectiva de riesgo soberano de positiva a negativa, espera que las medidas se adopten este 2021 ya que El Salvador requiere un ajuste fiscal entre 3 % y 4 % del Producto Interno Bruto (PIB) del 2021 al 2022 para reducir el peso de la deuda.
“Con la concentración de poder ha disminuido la confrontación política. Sin embargo, el riesgo de corrupción aumentará”. Moody’s Investors Rating, Comunicado

Este ajuste será mayor al propuesto por el FMI en 2020, debido al incremento de la deuda y el déficit fiscal tras el impacto de la pandemia que ocasionó la peor caída de la economía salvadoreña de los últimos 40 años.

Incluso con este ajuste fiscal, la calificadora prevé que la deuda alcance el 89.4 % del PIB en 2021, un aumento de 18.4 puntos porcentuales en los últimos dos años. Además, advirtió que el acceso a financiamiento sufrirá un deterioro con un incremento de la carga de intereses del al 22 %.

 

En positivo



  • FITCH


Con la victoria del partido de Nuevas Ideas en las elecciones legislativas el país pondrá fin al estancamiento político. Los resultados podrían mejorar la capacidad del Gobierno de implementar medidas políticas, incluyendo un ajuste fiscal.

 

  • Moody’s


El resultado rompe el estancamiento político entre el Ejecutivo y la Asamblea Legislativa. Permitirá que se modifique el presupuesto de 2021 y aprobar la emisión de deuda sin tener que negociar con la oposición al tener la mayoría de diputados.

 

Lo negativo



  • FITCH


No está claro si el Ejecutivo implementará políticas de fortalecimiento de las finanzas. El Gobierno ha indicado que establecerá planes fiscales, pero no se sabe a qué punto se reducirá el déficit. Puede debilitarse los controles y equilibrios.

 

  • Moody’s


Advierte de riesgo en la transparencia y corrupción a medida que se debiliten los controles y equilibrios.

Un ajuste del 3 % no será suficiente para que se reduzca el peso de la deuda, que seguirá aumentando hasta 2023.