Si el paso del cambio del mundo de hoy es un indicador, va a ser una carrera más dura y desafiante en las próximas dos décadas, y en adelante, más que vivir el “día a día”, será vivir el “minuto a minuto”. Este resumen le hará el viaje más suave hacia el futuro que ya llegó: ¡¡Velocidad!! Después de todo, mayor velocidad, nuestros clientes necesitan soluciones más rápidas y efectivas, y están dispuestos a pagarlas.

Pruebe nuevas e intrépidas opciones constantemente. Los jugadores tímidos morirán en los fieros y competitivos mundos del mañana. En vez de evitar riesgos, pruebe la exploración de riesgos calculados. El cliente necesita no tener nacionalidad. Piense globalmente. Es la clave del crecimiento del mañana y para esparcir sus costos fijos. Clara diferenciación y posicionamiento más el constante incremento del contenido del valor.

Los consumidores globales de hoy saben qué es lo que está disponible en todas partes y su valor. Desarrolle relaciones simbióticas con sus clientes. Su conocimiento íntimo de sus necesidades, deseos, preferencia y sueños, hará que usted, empresa o marca sea necesitado por ellos.

Más que actuar en un mercado de “oferta y demanda”, se trata de que, si usted es un fabricante, necesita escuchar a sus clientes. Personalice, individualice. Seleccione a sus clientes. Enfoque bien su publicidad, use mercado de base de datos, mantenga una buena relación con sus públicos de interés. Adapte sus ofrecimientos a perfiles de clientes específicos. Conviértase en un seguidor de tendencias. Eso suaviza el impacto del cambio abrupto.

¿De dónde vienen las tendencias? ¿Quién las empieza? Los problemas no resueltos de hoy se convertirán en las grandes innovaciones del mañana. Innove incesantemente. Si usted le da a su cliente de hoy lo mismo de ayer, ¡usted le está dando menos! Las expectativas del cliente nunca se terminan. ¿Por qué debe hacerlo usted? Si no tiene una ventaja competitiva, no compita. Cambie mecanismos con velocidad. No pruebe oportunidades. ¡Bombardéelas! Si usted está equivocado, fracase más rápido y muévase hacia adelante. Cambie antes que tenga que hacerlo. Deslíguese emocionalmente de los éxitos pasados. Deslíguese del hubiese porque no existe…

Pero no se obsesione por si tiene tal cosa o si no la tiene, y no se lamente nunca de no tenerla. Esa manera de pensar le impedirá darse cuenta de que, a pesar de todas sus carencias, usted está siempre íntegro.

Había un empresario de mucho éxito que no tenía diversos estudios pero que era un ejecutivo astuto y experimentado; había hecho una serie de adquisiciones ventajosas y había creado una cadena importante de estaciones de servicio para automóviles. Pero sus colegas y sus amigos ya sabían que siempre estaba descontento de su historial como empresario. Cuando pasaba por delante de una estación de servicio de la competencia, decía: “Pude comprar esa estación de servicio por mucho menos de lo que vale hoy”; o bien, “Me ofrecieron aquella, pero fui tan tonto que la rechacé”. Hasta que un día, cuando ya era anciano, en medio de uno de estos discursos se interrumpió y dijo: “Pensándolo bien, no se gana un centavo con esas malditas estaciones de servicio <>”. Y no volvió a hablar del tema nunca más. No se gana nada preocupándose por lo que no se consiguió o por lo que no se tiene.

Lo que usted ha obtenido hasta ahora, no le servirá para llegar a donde quiere llegar. Controle su propio destino, o lo hará alguien por usted. Capacítese y actualícese constantemente. El conocimiento se vuelve obsoleto. El aprendizaje nunca. Tiene que enfrentarse a la realidad como es, no como era ni como quisiera que fuera.

La conveniencia es vital en un mundo caótico. Hágase de fácil acceso para sus clientes, al igual que sus productos o su servicio. Facilite la compra. Haga sus productos inteligentes. Construya información dentro de ellos. Use la tecnología como arma –pero no para su propio bienestar-. Deje que el cliente enfoque siempre las decisiones tecnológicas. Explore otras culturas y esquemas mentales para entender los clientes del mañana y los competidores. Estudie el Oriente, que es un ilustrativo campo de batalla y donde muchas de las próximas guerras de mercados globales del presente siglo se pelearán y tengamos presente que ahora hay que correr al doble de velocidad para estar en el mismo lugar.