La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Naciones Unidas (CEPAL) advirtió que hay una “tendencia clara” de que la región latinoamericana se está descarbonizando a través del gas natural, un alejamiento de la integración energética.

“Hay una tendencia clara que Latinoamérica se está gasificando”, señaló Rubén Contreras, oficial de Asuntos Económicos de la CEPAL, durante la IV Semana de Energía de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), desarrollada entre el 11 y 14 de noviembre en Lima, Perú.

Ese encuentro regional participaron empresarios, funcionarios de los gobiernos parte de OLADE y organizaciones dedicadas al sector energético, como Hivos. Este año se enfocó en la política energética y fiscal de la industria, regulación y normativa, innovación tecnológica, energía solar y renovable, así como inversión y financiamiento.

La exploración y uso del gas natural crece a un 30 % en la región, un menor ritmo que lo hace la incorporación de tecnologías renovables. Esto se debe al despliegue del yacimiento de Vaca Muerta, en Argentina, así como al acuerdo entre México y Estados Unidos para establecer un gasoducto, y el potencial de Brasil.

El gas es un combustible y ofrece menos emisiones de gases de efecto invernadero comparado a los fósiles (como carbón y petróleo). “Es bueno pero hay que verlo como un elemento de transición y no como la solución final”, señaló.

Para la CEPAL, la transición energética es un proceso de cambio de las políticas, de las instituciones, regulaciones y forma en qué se invierte para promover la generación más sustentable. Con el mayor uso del gas natural se viene el tema que “tal vez se produzca un fenómeno de menor integración energética” porque da la “impresión que en lugar de integrase se aleja”, señaló el experto.

El Salvador aún no dispone de este recurso pues hasta 2021 iniciará suministro la primera planta de gas natural licuado por 378 megavatios (MW), proyecto a cargo de la empresa Energía del Pacífico (EDP) en Acajutla, Sonsonate.

“Yo diría que utilizar el gas es un paso muy bueno”, señaló Sampo Suvisaari, director regional para Latinoamérica y el Caribe de la compañía finlandesa Wärtsilä, encargada del diseño y la construcción de la planta de EDP .

“Sigue siendo un combustible fósil pero es el más limpio. Es un paso natural que conviene hacer, de eficiencia y contamina menos (…) Es un beneficio visible, yo diría que el crecimiento de la energía renovable es más rápido de lo que nadie pensaba”, indicó el ejecutivo, también participante de la IV Semana de Energía.

El experto de la CEPAL consideró que “a largo plazo puede haber una perspectiva positiva” porque el gas es finito y una vez las reservas se agoten es posible utilizar la misma infraestructura para combustible de hidroenergía.