Una anciana que había sido afectada por el nuevo coronavirus COVID-19 es dada de alta del hospital, en Santiago, el 18 de mayo de 2020./AFP.


Tras una semana con récords diarios, Chile pasó un hito al sumar 35 muertos y 4.038 nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas para elevar a 53.617 el número de contagiados y a 544 los fallecidos desde marzo, informó este miércoles el ministerio de Salud.

En Santiago, capital de siete millones de habitantes que es el principal foco de la pandemia en el país, están ocupadas entre el 94 y 95% de las unidades con camas de paciente crítico y sin embargo también se registró otro "aumento muy importante" hospitalizados, dijeron las autoridades.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, informó este miércoles que se renovará por una semana más la cuarentena total en el Gran Santiago, por lo que por el momento las medidas de aislamiento durarán al menos hasta el viernes 29 de mayo.

Además ven con preocupación el aumento de casos y ocupación hospitalaria en la región de Valparaíso, particularmente en el puerto de San Antonio, 120 km al oeste de Santiago, destino de cruceros y operaciones comerciales de importación y exportación.

"El mayor número de casos nuevos que estamos teniendo en las últimas semanas se refieren a la Región Metropolitana, más de un 85% de estos casos siguen correspondiendo a la Región Metropolitana", indicó Paula Daza, subsecretaria de Salud Pública.

Los balances sombríos han coincidido con un descenso de las temperaturas ante el inicio del invierno austral, con entre 9 y 13 grados celsius en Santiago, y un clima de tensión social en zona de mayor pobreza en la ciudad.

En el resto del país se mantienen en cuarentena algunas comunas de la región minera de Antofagasta y en Iquique, en el norte.

Al sur de Chile decretaron un aislamiento total desde el viernes para la ciudad de Lonquimay, en la Región de la Araucanía, "donde hay gran concentración de pueblos originarios y la zona está muy alejada de centros hospitalarios", dijo el ministro.

Hasta el 30 de abril el país mostró cifras alentadoras, pero los expertos advirtieron que todavía era muy prematuro para cantar victoria, sobre todo considerando que los contagios habían empezado a expandirse en los sectores más pobres y poblados de Santiago, una ciudad donde en invierno (especialmente en junio y julio) se suele saturar la red sanitaria pública por las enfermedades respiratorias.

Con cifras que parecían bajo control, tonos triunfalistas entre las autoridades y pánico por la caída económica, el presidente Sebastián Piñera y varios alcaldes dieron señales para recuperar la actividad, como la apertura de algunos centros comerciales y la orden de regreso de funcionarios públicos.