Los indicadores de clima de inversión y la confianza empresarial, que mejoraron con la llegada de Nayib Bukele a Casa Presidencial, sufren un deterioro ante la profundización de la recesión económica en El Salvador a niveles no vistos en los últimos años, destaca la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

La institución mantiene monitoreo periódico sobre la actividad económica a través de encuestas con el sector empresarial para medir el volumen mensual de ventas, y la confianza de empresarios y de consumidores, así como el clima de inversión. Estos tres indicadores mostraron una notable desmejora en los primeros cuatro meses de 2020, revela Fusades en su informe de coyuntura económica publicado la semana pasada.

El clima de inversión en El Salvador se percibió desfavorable durante los últimos 10 años por la incertidumbre política y la delincuencia. Tras las elecciones presidenciales que dejaron ganador a Bukele, en el segundo trimestre de 2019 comenzó a registrar una mejora que luego se revirtió en los primeros cuatro meses de 2020 con un saldo negativo que llegó a -79.9 %.

“El valor histórico más negativo desde que se inició la construcción de este indicador en 1995”, destaca Fusades. Esa drástica caída se debe a que el 82 % de los empresarios consultados considera que hay un clima de inversión desfavorable frente a un 2 % que creen que es favorable.

La inseguridad que fue unos de los principales obstáculos para la inversión en El Salvador en la última década ahora es sustituida por la inquietud generada ante la pandemia del nuevo coronavirus. El 64 % de los empresarios consultados cree que este es el factor clave para un clima desfavorable; mientras que el 25 % lo cataloga así por un bajo nivel de actividad, 13 % por la incertidumbre política o económica, y apenas un 2 % mencionó la delincuencia.



Deterioro en confianza empresarial

La confianza empresarial también mostró una mejora con el cambio de administración del Ejecutivo, pero a abril pasado registró una caída que lastró este indicador a niveles incluso más bajos que durante la crisis de 2008. El punto mínimo de este índice llegó a 64 puntos en noviembre de 2008, pero al cuarto mes de 2020 cayó a 48.2.

La confianza empresarial terminó 2019 con su nivel más alto de los últimos dos años con 138.1 puntos en diciembre pasado e inició en enero de 2020 con 132.7. Comenzó a decaer en febrero, cuando se iniciaron a implementar medidas ante la pandemia, a 131.8 y para marzo se colocó en 60.3, hasta llegar al 48.2 de abril.

El índice de confianza empresarial (ICE) indaga la opinión de los empresarios sobre el desempeño económico actual y sus expectativas a futuro. En el primer componente, la percepción de las condiciones actuales de los empresarios se desplomó a 23.4 puntos en abril cuando durante la crisis de 2009, en octubre de ese año, había registrado su mínimo en 45.6 puntos.

Este indicador arrancó en enero de 2020 en 130.1 puntos, pero en febrero comenzó a decrecer a 127.6 con un deterioro más fuerte en marzo al llegar a 62.1 y en abril quedó en 23.4, cinco veces menor que al inicio del año.

En cuando a las expectativas de los empresarios se encuentra en niveles similares a la crisis financiera de hace una década, en noviembre de 2008 se colocó en 71.1 puntos y para abril pasado llegó a 71.2. Fusades destaca que este indicador comenzó 2020 con un nivel de 135.5 y pasó a 136.2 en febrero. Ya en marzo se observó un deterioro a 58.8.