El presidente electo, Nayib Bukele, expresó repetidamente sus compromisos en el combate a la corrupción utilizando una frase del mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador: “Cuando limpias las gradas se limpian de arriba hacia abajo, no de abajo hacia arriba. Vamos a comenzar desde el presidente y los miembros del gabinete para que no roben ni exista corrupción”.

Dado el desafortunado pasado reciente que hemos sufrido, hay que decir que son signos positivos que deben trascender en hechos. Uno de esos signos será la escogencia correcta del gabinete de gobierno, con personas probas y capaces pero además, sin el reciclaje de personajes oscuros.

El presidente Bukele ganó su elección precisamente gracias a sus promesas contra la corrupción y durante su visita a Estados Unidos fue obvio que ese tema es una de las mayores inquietudes de la administración Trump. Hay que recordar que Estados Unidos es uno de los principales cooperantes y quiere garantizarse el uso transparente de fondos. La Unión Europea ha dicho algo similar.

La población tampoco quiere ver repetidos los ciclos de corrupción que ya vimos en los últimos periodos presidenciales, al contrario, demanda hechos concretos que demuestren una mayor transparencia y honestidad.