Los comerciantes del muelle artesanal del Puerto de La Libertad aguardan ansiosos el incremento de turistas en las vacaciones de agosto. Con baldes llenos de camarones, cangrejos y pescado fresco, esperan que aún con ventas bajas en lo que va del año, la Plaza Marinera cambie sus pronósticos a mejor.

“No hay dinero, no hay empleo, y si hay, la gente hace milagros para sobrevivir con su sueldo. Las ventas sí crecen en agosto, pero un poco. Esperamos en Dios que hoy sean mejores con la plaza”, aseguró Estebana Ramírez, comerciante de productos marinos desde hace 25 años.

El proyecto parecía una promesa lejana para los comerciantes hasta que, a finales de 2018, una buena parte de negocios tuvo que ser trasladado al anfiteatro del Malecón, a unos 100 metros del muelle.

“Ahorita estamos bastante limitados, pero sí se reúnen todas las condiciones higiénicas y de seguridad para atender al turista aquí, siempre lo mejor que se pueda”, indicó Esther Contreras, propietaria de Mariscos Palacios, reubicada por el proyecto.

Ambas comerciantes coinciden en que lo ideal habría sido abrir la plaza en los tiempos que prometió la antigua adminis­tración. “Si nos hubiéramos trasladado en mayo, habríamos agarrado más parte de la vacación ya en el lugar”, consideró Santiago Palacios, vicepresidente de la Cooperativa Turismar de R.L. “Pero hay buenas perspectivas, si hay más turistas, hay más ventas”, añade.

La Plaza Marinera cerró el quinquenio con un 14 % de avance y se inaugurará en octubre, según la nueva administración del Mitur.