El médico salvadoreño, Carlos Andrés Papini vive en Milán, Italia, hace tres años y compartió su experiencia con Diario El Mundo sobre lo que se está viviendo en aquella ciudad europea, hogar de más de 40 mil connacionales.

A mí me llamó muchísimo la atención la frase que nos dijo el doctor Papini en la entrevista que le hicimos: “lastimosamente hay bastante pánico. Mucha gente se ha dejado llevar por este sentimiento y esto puede empeorar la situación”.

Como en todos los lugares que ha llegado el coronavirus, se requiere tomar la enfermedad muy en serio pero como bien recomienda el médico, no llegar al pánico. El principal enemigo de la salud es la desinformación, los rumores, las falsas creencias de que esto o aquello produce la enfermedad o que me puedo curar con esta hierbita o con aquella pastillita.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía ayer que la enfermedad no la transmiten ni las mascotas ni las monedas y billetes. También señalaba que comer ajo ni llenarse de alcohol y mucho menos ingerir antibióticos sin receta médica pueden curar esta enfermedad. Esto último es muy importante porque en nuestra sociedad todavía prevalece esa terrible costumbre de autorecetarnos antibióticos por todo y hay muchos empleados de farmacias que también se atreven a recetarlos y venderlos.

La primera muestra de pánico por donde ha pasado el coronavirus es acabar con las mascarillas, el alcohol gel, los analgésicos y antigripales, así como vaciar los estantes de los supermercados. Son las escenas que hemos visto por todos lados y seguramente ocurrirán aquí. Busquemos información seria y sigamos las recomendaciones de las autoridades nacionales y mundiales sobre este tema. Los rumores no ayudarán.