Los procesados tienen medidas sustitutivas, el ciudadano alemán fue separado del proceso y será juzgado en una vista pública aparte, porque alegó que su abogado renunció. / Cortesía Centro Judicial Isidro Menéndez


A finales del año 2015, una joven costarricense de nombre Nicole Arlet Induri Guerrero, quedó embarazada y en medio de su preocupación pensó abortar, pero nunca lo intentó. Finalmente optó por dar en adopción a su hija que nacería en agosto de 2016, por lo que a través de una plataforma de adopciones fraudulentas contactó a Claudia Esperanza Aguilar Garza, que en ese entonces era asistente del canciller Hugo Martínez.

Según la Fiscalía, Aguilar Garza y su esposo Nils Sjard Schultz, de nacionalidad alemana, se aprovecharon de la vulnerabilidad de la víctima, ya que su madre desconocía del embarazo y tampoco sabía si el padre de la niña asumiría su responsabilidad.

Los imputados le dijeron que ellos le podían dar una mejor vida en El Salvador y que solo se viniera, que iban a cuidar de la niña y no le iba a faltar nada, ese ofrecimiento le pareció a la víctima; ayer, en su declaración vía videoconferencia desde Costa Rica, manifestó que ella solo quería una buena vida y educación para su hija.

Este caso está siendo conocido por el Tribunal Cuarto de Sentencia de San Salvador, por los delitos de suplantación, alteración del estado familiar y falsedad ideológica; al principio se comenzó a investigar como una adopción fraudulenta en la Unidad Especializada de Trata de la Fiscalía, dijo una de las representantes del Ministerio Público.

La fiscal del caso mencionó que los imputados hilvanaron el hecho de una forma minuciosa; se detalla que Claudia Esperanza Aguilar Garza hizo una carta falsa diciendo que el Estado de El Salvador le había otorgado una pasantía en este país, con el fin de que la víctima justificara ante su madre el viaje para recibir los beneficios que los imputados le habían ofrecido.

La representación fiscal y la misma víctima confirmaron ante la jueza de la causa que cuando llegó a El Salvador, los encargados del traslado y todos los gastos fueron Claudia Esperanza Aguilar Garza y Nils Sjard Schultz.

“Los imputados la hospedan en un lugar, pagan su alimentación con la finalidad de que cuando ella comience con las labores de parto, ésta se haga pasar por Claudia Esperanza Aguilar Garza para que la niña salga a nombre de la imputada, cuando no era ésta la verdadera madre y así alterar la afiliación de la niña, lo cual logran, pues la niña nace. En el momento del ingreso en un hospital de la capital, la víctima es identificada por el imputado Nils Sjard Schultz como su esposa Claudia Esperanza Aguilar Garza, él da todos los datos y logra que la afiliación se altere y no salga la verdadera madre, sino que salga como niña salvadoreña hija de los imputados”, explicó la fiscal.

Cuando la víctima regresó a Costa Rica, su madre, Vilma Guerrero Vásquez, se percató que su hija había llegado deprimida y que solo pasaba llorando.

Le preguntó qué le había pasado en El Salvador y le contó la verdad, expresándole que había dejado a su hija recién nacida en El Salvador, pero que no se podía hacer nada por el cargo que la imputada tenía en el Gobierno; Aguilar Garza le había dicho que si llegaba a denunciar las cosas iban a salir peor y que se iba encargar de hacerle daño.

La madre de la víctima, ante lo informado por su hija, fue a la embajada de El Salvador en Costa Rica y así comenzaron las investigaciones. Según la fiscal, la imputada se contactó con la víctima para advertirle de retirar esa denuncia, pero Vilma Guerrero Vásquez, no se detuvo en su lucha por recuperar a su nieta y viajó a El Salvador para pedir ayuda en diversas instituciones, pero todo se vio entorpecido porque Aguilar Garza, supuestamente, usó su cargo en el gobierno y bloqueó todas las ayudas que las instituciones ofrecían otorgarle, hasta que Guerrero Vásquez, llegó a la Fiscalía.

“Incluso se ha visto en rei­teradas ocasiones que la imputada, con estas amistades que manejaba anteriormente, le puso una restricción a la señora Vilma Guerrero Vásquez, con el director de Migración y Extranjería, y era parar parte de la investigación que estábamos haciendo como Fiscalía y se tuvo que solicitar por parte de Fiscalía que se dejara ingresar. Al momento de confrontar el motivo por el cual no dejaban ingresar a la señora a El Salvador, el mismo director dijo que porque para la señora Esperanza Aguilar Garza era una amenaza, lo cual no se ha logrado determinar qué tipo de amenaza, sino que por la misma amistad que existía entre ellos es que se le puso esa restricción migratoria”, dijo la fiscal.