Durante los últimos diez años la región de América Latina y el Caribe continúa siendo la que presenta mayor crecimiento en sus indicadores de crimen y violencia en el mundo, con una tasa de homicidios de 24 por 100,000 habitantes al cierre del año 2018; Centroamérica incrementa el porcentaje a 34 por 100,000 habitantes y el denominado “Triángulo norte de Centroamérica” con 49 homicidios por 100,000 habitantes, es la micro región más violenta del mundo donde se encuentra El Salvador. Pero a pesar de estos números y de la gravedad del problema para la región pero en particular para nuestro país los costos que la delincuencia, crimen y violencia es incipiente el estudio y el tratamiento actualizado de la información relacionado a los costos.

El Banco Central de Reserva presentó su único y último estudio en esta materia el 28 de abril del año 2016 con datos económicos hasta el cierre del año 2014 por medio de la red de Investigadores del BCR un excelente, profesional y metodológico documento que en resumen nos informó que El Salvador presentaba al cierre del año 2014 un costo estimado de la violencia en la economía salvadoreña de 16.0 % del PIB equivalente a $4,026.3 millones. Cifra similar al presupuesto anual con el que operaba el país hace tres años, y al total de las remesas que enviaron los salvadoreños al país en ese mismo período.

Pero a pesar que el BCR no ha presentado el estudio correspondiente a los años 2015, 2016, 2017, y 2018, a nivel internacional los principales indicadores sí están actualizados, ya que los inversionistas requieren esa información al momento de tomar decisiones en qué país colocar su dinero, y es así que nuestro país descendió tres posiciones en Índice Global de Paz del 2017 que desarrolla el Instituto para la Economía y la Paz, ubicándonos en la posición 115 de 163 naciones evaluadas.

Dicho indicador señala entre los problemas más graves: la población en las cárceles, la percepción del crimen, los homicidios y las extorsiones. Nos ubica entre los primeros 11 países en negativo que tienen el mayor impacto económico por la violencia. Estableciendo dicho indicador que para el año anterior el costo del crimen, robo, violencia, extorsiones e inseguridad fue de $16,115 millones equivalentes según el reporte al 26.6 % del PIB lo que nos ubica en una situación peor que Corea del Norte, pero mejor que la República Centroafricana. Obteniendo las máximas puntuaciones en negativo en cuatro áreas.

Nuestros países hermanos del Triángulo Norte mostraron fuertes avances a pesar que las tres naciones sobrepasaron los tres mil homicidios durante el año anterior, con la diferencia que sus tasas de crecimiento económico son mayores, sostenibles y con tendencia al alza en donde el gobierno central está facilitando las condiciones de seguridad física y jurídica para las inversiones. Ahora con los avances y logros del Gobierno del presidente Nayib Bukele hay esperanza de un mejor cierre de año y un mejor año 2020.

La extorsión es en mi opinión el principal problema por resolver en nuestro país ya que limita el crecimiento económico, ya que existe una proporción que a mayores niveles de violencia bajan los niveles de productividad.

Recomiendo que el Banco Central de Reserva presente el estudio actual al cierre del año 2018 para confrontar con todos los indicadores internacionales del Banco Mundial, Foro Económico Mundial entre otros. Y que se establezca una metodología para mantener una medición constante y sobre todo cómo se pueden reducir. El costo de las extorsiones afecta la economía y productividad impactando en el bolsillo de los salvadoreños al recibir el traslado de dichos costos.